🥀 04: ¿Hola?

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Dos semanas después de aquel tedioso momento entre Miranda y Evangeline, todos los que habían realizado aquel examen esperaban ansiosos por sus resultados.

Era el examen más importante de todo el semestre, el que decidiría si aprobaban o no.

—Antes de comenzar a entregar vuestros resultados, debo felicitar a varios por sus excelentes calificaciones —habló de primera cuenta el ingeniero—. Entregaré de mayor a menor puntuación.

—Miranda —llamó el hombre.

Miranda sonrió con arrogancia y se levantó de su asiento triunfante, gallarda, victoriosa.

—Tienes 87, felicidades —bueno, no era una nota mala pero tampoco buena.

—Kabila —llamó ahora a la morena que estaba al lado de Evangeline.

—Tienes 87, felicidades —sonrió el ingeniero, Kabila observó a Evangeline con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Aprobé! —susurró en un grito la muchacha.

—Te lo dije —sonrió la morocha recibiendo un abrazo por parte de Kabila.

—Alex, tienes 80, felicidades —continuó el hombre.

Y así, los minutos pasaban y Evangeline no había obtenido su examen, era extraño, sabía que no le había ido tan bien en el test pero tampoco que había salido tan mal como para ser la última en recibirlo.

—Zack, tienes 77 —una más y la azabache por fin tendría los resultados en sus manos.

—Milo, sacaste 74, más suerte para la próxima —bueno, fue la nota más baja, agachó su cabeza por decepción más que todo y no por la estúpida sonrisa que Miranda tenía pintada en el rostro.

—Dejé este último examen, para demostrarles a todos aquellos, que no se necesita mucho tiempo para contestar los 120 reactivos por los cuales estaba conformado este test —¿qué? Entonces, ¿quiere decir qué...

—Evangeline, felicidades por tus resultados, fuiste la nota más alta, tienes 99 —Evangeline sonrió, observando a Miranda, la sonrisa que tenía se había por completo.

—¿Puedo decir algo? —preguntó la morocha al mayor.

—Claro que sí —responde.

—Miranda —llamó, haciendo que la joven voltee a verla—. Aquí está tu: "apuesto a que ni siquiera lograrás responder la primera pregunta" —dice, imitando la voz de Miranda las dos semanas anteriores.

Una ola de carcajadas llenó el salón, estaban felices, unos más que otros pero felices.

—Chicos, ¿les parece si para celebrar vamos por un café? —propuso Alex, los veinticinco estudiantes respondieron en afirmación, excepto una, Miranda.

—Conozco una cafetería que está de puta madre —dice Evangeline, su amiga estará feliz por todos los nuevos clientes que le llevará.

—Ingeniero, ¿gusta acompañarnos? —preguntó Kabila.

—Tengo un par de cosas que revisar, será en otro momento —responde Valbuena.

—Oh venga ingeniero, será solo un rato nada más —trata de convencer el príncipe azul de Kabila.

—Hágalo por nosotros —añade otro estudiante.

—Está bien, está bien —contesta Valbuena sin tener otra opción.

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—Este lugar es fantástico —dice Alex, la mayoría de los estudiantes que llevaban la clase Motores de combustión internar (L), jamás habían ido a esa cafetería, por lo que para muchos era una nueva experiencia.

My Ideal BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora