La chica camino de nuevo por el pasillo por donde llegó hasta ahí, extrañamente donde tenía que doblar no estaba el lugar por donde había ido allí.
Apareció en donde los empleados descansan, con su carro paso por donde vio una puerta con luz natural del otro lado, la mujer que estaba allí trabajando con su uniforme rojo se acercó y corrió el cable de una de las heladeras de la fiambrería, para que pudiera pasar sin atrancar el carrito.
Dio las gracias y sigo su camino, apareció fuera del local, entró de nuevo.
La misma chica de las situaciones anteriores se encuentra ahora cerca de la caja registradora, el carrito de compras de repente desaparece.
Se queda ahí un rato, oyendo algunas voces, voces de hombre y de mujer que rompen el silencio turbio del lugar.
Detrás de un estante, de donde anteriormente se encontraba chequeando las latas sin etiqueta.Discretamente se agachó, encontró un cajón de madera que sobresalía demasiado, la madera era clara y vieja. Era sorprendente que nadie más lo haya notado, pareciera que todos ignoraban los extraños sucesos, era eso o ya estaban acostumbrados.
Abrió el cajón encontrando libros dentro mientras oí las voces oyó hablar algo sobre un misterio, sintió algunos movimientos un poco bruscos del otro lado.
Se encontró con varios libros, Dos libro de tapa color verde hoja de árbol con letras doradas, resaltaban por ser los que tenían menos hojas y verse más nuevos que el resto.
Habían varios libros color rojo y vino con letras blancas, estos también tenían menos hojas, pero tenían más que los libros verde.
Había un gran libro marrón, con abundantes hojas en el. Habían un libro color rosa piel con mucha más hojas que los anteriores mencionados.Metió la mano más en el fondo donde encontró un pequeño libro con bastantes hojas en el, parecía un diario y bastante viejo, así que no lo tomo, solo se llevó lo que tenía en mano cuando vio que su abuela estaba ya pagando los comestibles.
-Yo llevo esto abuela.-
Dijo y puso los libros para que los anotén.
Salió fuera donde el hermoso día junto con el sol radiante la saludo de buena manera, obviamente a cualquiera le parecería un día hermoso después de salir de un lugar donde la única luz que obtiene es la luz artificial y pálida de las bombillas ahorradoras de un supermercado.
Se dio la vuelta luego de oír unos gritos y algunas campanadas, no estaba para nada lejos del supermercado, de hecho venía de dentro pero nadie parecía alarmarse.
Corrió despavorida tirando todos los libros al divisar un esqueleto humano salir corriendo del supermercado.
Corrió hacia la estación de tren, lo cual creyó que sería su única escapatoria pues había un tren apunto de partir.
Entró como pudo, sin obtener la atención de nadie por su aspecto desarreglado, sus mejillas rosas, la transpiración en su cara y su respiración entrecortada.
Se sintió segura allí dentro y se relajó por completo.No duró mucho su relajó, puesto a que algo le saltó ensima tacleandola, subiendose inmediatamente encima suyo.
Su cuerpo muto desagradablemente en un hombre, un hombre de una edad calculable a unos 56 años, tenía escaso pelo, piel grasosa y morena, ojos marrones, y... Digamos que un hombre de abundante grasa protectora de invierno.
Forsejeo con el esqueleto para que no le clavase los dedos en los ojos, así evitar que atraviese su cráneo.
-T-tengo una propuesta-
Dijo aquel sujeto mientras a duras penas hablaba.
-Voy a conseguirte algo para vos, te ves sucio, quizás y pueda hacer algo por vos.-
Dijo con extremo nerviosismo y rapidez. El monstruo dudo un segundo pero al rato dejo de ahorcar su cuello para levantarse.
-Bien! ¿¡Entonces que esperamos!?
Exclamó mutando en un hombre un poco parecido a el frente a las pocas personas en el tren, que siquiera los miraban.
El hombre que anteriormente era una chica, suspiro de alivio por haber dado justo en el blanco al decir aquello, se había jugado su vida.
El tren freno lentamente, las puertas se abrieron pero nadie subió ni bajó, en la estación no había absolutamente nadie.
-Bueno, vamos.-
Continuó su camino hacia afuera, mientas que el antiguo esqueleto hizo una pequeña reverencia frente a un señor de ojos chinos que estaba sentado en un asiento frente a la puerta del tren, le dijo unas palabras en japonés. El hombre solo le miró de reojo, pero ni se movió de su postura anterior.
Por otro lado el negociador ya estaba saliendo del tren, al pisar el andén se transformó de nuevo en ella misma, observó a su derecha, había un oso grisly a pocos metros de ella, el oso marrón tenía una gomera en la pata delantera y se acercaba a ella por la orrilla del andén.
Espantada intento volver a entrar al tren, este ya había cerrado sus puertas, el hombre de adentro se veía más delgado y con un traje, estiró su brazo para intentar detener la puerta pero era tarde. La chica subió al escalón de las puertas automáticas recordó haber visto en algún lado una advertencia sobre los osos del bosque. Cerro los ojos sosteniéndose con todas sus fuerzas a las puertas, contuvo la respiración y el tren avanzó lentamente hasta que fue tomando ritmo y partió de allí, haciendo sentir un inmenso alivio, tanto a la chico como al joven de adentro, el cual la esperaba pacientemente del otro lado, la muchacha mantuvo en todo momento los ojos cerrados, estaba feliz de no haber muerto.
El fin del loco sueño. ¿O era pesadilla?
¡Lo dejo a su criterio!
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¿Pesadilla?
RandomNo hay palabras para esta tontería. Entra y sabrás por qué no hay descripción.