Capítulo X

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||<Buena convivencia>||

Una vez finalizada la clase de baile el alfa y "beta" regresaron a la habitación en total silencio evitando dirigirse la mirada limitándose a caminar

Una vez en la habitación el alfa tomó asiento en su escritorio estando algo cansado y con un poco de calor pues su celo estaba por comenzar y ya sentía síntomas dando a entender que a más tardar en dos días ya estaría revolcándose en su cama adolorido y sudando

—Midoriya...

Lo llama en su susurro logrando captar la atención del chico que se había mantenido en silencio todo el rato

—Majestad...

—por favor pídele a las sirvientas que me traigan un té de "pax et tranquillitas"

Pide estando con un ligero sonrojo en las mejillas por el calor

—Cómo ordene

Va a la cocina a pedir el té que ordenó el joven príncipe encontrándose con su padre que estaba en su hora de descanso

—Izuku, no te había visto en toda la tarde ¿Donde estabas? ¿Por qué no llegaste a la guardia?

—El rey Endeavor me encargo cubrir el puesto de Iida y ahora tengo trabajo así que si me disculpas vengo por un encargo

Responde en un tono serio pasando de largo al alfa para ir a pedirle a la cocinera el Té para el príncipe el cual en cuanto fue pedido comenzó a ser preparado bajo la atenta mirada del peliverde que esperaba ansioso y algo nervioso al sentir la pesada mirada de su padre que de un momento a otro se levantó y lo agarro de la muñeca de forma brusca teniendo el ceño fruncido

—¿Con quien estuviste?—Interroga en un tono serio

—Ah? De qué hablas? Estuve trabajando ya te lo dije y ahora sueltame—Jala su mano de forma brusca soltandose del agarre del molesto alfa

—No me quieras ver la cara de idiota, estabas con un alfa y uno que está por entrar en celo así que más te vale que me digas la verdad si no quieres que te la saque a golpes

Amenaza haciendo molestar aun mas al joven peliverde que veía con desprecio al alfa que tenía delante

—Me vuelves a poner una mano encima y te juro que te mato

Contesta la amenaza en un tono frío sin darle tiempo a responder a su padre pues cuando estuvo apuntó de hacerlo la voz de la cocinera interrumpió

—Ya está el té...

—Con permiso—susurra el peliverde una vez que tomo la taza para así salir de la cocina y regresar a la habitación con el joven bicolor que se encontraba sentado en la silla de su escritorio sudando y con la respiración entrecortada

—Majestad, aquí está su Té

Deja la taza de Té en el escritorio delante del bicolor que sólo susurro un suave y casi inaudible "Gracias" para después agarrarla y comenzar a tomar del cálido líquido sintiendo como este bajaba de forma lenta y suave por su garganta estando más relajado y sintiendo que el bochorno comenzaba a bajar poco a poco

—¿Se siente mejor? Si usted desea puedo traerle algo más o prepararle un baño

Ofrece de forma amable y algo preocupado al verlo tan rojo y sudando sin tener ni la mas mínima idea de que le sucedia

—No, esta bien solo son los síntomas del celo pero con el té se me quita

Y como si aquella respuesta fuera un balde de agua helada toda la piel del peliverde se erizo y una alarma de alerta se activo en su interior avisándole que era peligroso estar en esa habitación

—Sabes te envidio un poco, al ser un beta no tienes que pasar por este infierno... No sabes lo pesado y doloroso que el celo

Menciona el bicolor que estaba atento a las reacciones del pecoso que estaba petrificado en su lugar y casi en cuando el chico menciono eso una mueca de dolor se formó en su rostro pues sabía a la perfección lo doloroso que era el celo y de cierta forma comprendía al bicolor que segura sufría lo mismo que él

—Midoriya, Si tu hubieras podido elegir tu casta ¿cuál hubieras escogido? —Lanza la pregunta mientras bebe el té

—Nunca lo había pensado majestad... Tal vez escogería ser un Alfa o beta

Responde lo último en un tono de voz apagado al recordar el infierno en el que se convirtió su vida el día que se supo su casta

—y ¿por qué no un omega?

—no, si hubiera podido escoger mi última opción hubiera sido un omega...

Desvia la mirada estando tenso, detalles que no fueron pasados por algo por el bicolor que seguía tomando del té

—Los omegas son magníficos, incluso hay reinos donde se les considera más importantes que a los alfas y no es para menos después de todo gracias a ellos nuestra especie sigue en la tierra—se levanta dejando la taza vacía

—¿Por qué me dice todo esto?

Interroga estando a la defensiva viendo fijamente al bicolor que caminaba a paso tranquilo a la cama

—Solo creí que debías saberlo ¿beta?

Pronuncia lo último en tono de pregunta provocando un escalofrío en el menor que comenzaba a entrar en pánico

¿acaso el ya sabía de su mentira?

Con esa pregunta en mente se mantuvo el resto del día en el que se dedico a ver al bicolor dormir plácidamente mientras el chico se quebraba la cabeza tratando de comprender su comportamiento y el porqué de lo que dijo...

El príncipe y el guerrero (tododeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora