01. Ataduras

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Anne Boonchuy caminó por los grandes y largos pasillos de su universidad, le restaban un par de minutos para su encuentro con su mejor amiga y más le valía llegar temprano, Sasha era bastante intesa cuando se lo proponía.

«Me matará si no llego temprano» pensó.

Sus pasos eran apresurados y trataba de no chocar con el resto de personas que caminaban por los pasillos, lo último que quería era retrasarse porque hizo que alguien se cayera al suelo.

Cuándo cruzó la salida, su teléfono empezó a sonar obligándola a sacarlo de su bolsillo, su tono de llamada era una canción de Clairo que Sasha le había enseñado hace un tiempo.

Se detuvo un tanto alejada de la entrada para no estorbar en el camino de los otros estudiantes y catedráticos que iban y venían.

-¿Anne, donde estás?

Anne siguió caminando mientras escuchaba la voz de su mejor amiga por la bocina de su teléfono.

-Acabo de salir de la universidad, Sasha, no todos tenemos la suerte de que nuestros docentes no lleguen a dar la clase — Anne respondió.

-Apresurate o iré por ti en mi auto.

-Si quieres hazlo, me ahorras el dinero que gastaría yendo en taxi — la castaña suspiró.

-No lo haré, pero, te pago el taxi.

Anne rió y rodó los ojos.

-No te preocupes tanto por tu mejor amiga, Sash.

-Lo hago, Anne, ahora, mueve tu trasero y ven rápido.

Sasha terminó la llamada al instante haciendo que Anne soltara una suave risa que se perdió junto con la brisa del otoño.

***

Marcy Wu guardó su violín en el estuche de este para luego colgarlo en su hombro y salir de la academia.

Sus pasos eran relajados pero aún así no perdían la elegancia que caracterizaba a la pelinegra.

Luego de horas y horas de práctica, un descanso le hacía bien a Marcy. Había planeado salir junto con su mejor amiga, irían al centro comercial y tomarían algo, un plan relajado y casual.

Cuando salió se encontró con su mejor amiga, Maddie, apoyada en su auto mientras revisaba su teléfono con aburrimiento. La mirada de la peli-rosa se encontró con la mirada de Marcy, quien llegaba con ella.

Maddie sonrió y se acercó a Marcy al instante.

-Marcy — la saludó.

-Maddie.

Ambas empezaron a caminar juntas. La academia de música en la que Marcy estaba no era muy lejos del cento comercial, así que podían ir caminando sin problema alguno.

-¿Como te fue?

-Oh, nada mal.

-¿Aquél señor no estuvo hoy?

"Aquél señor" era el señor Miller, uno de los maestros de Marcy. Un hombre bastante apasionado e intenso cuando se trataba de su trabajo como músico.

Marcy rió y negó con la cabeza.

-Miller estaba enfermo hoy, pero, su hija no.

Noemí Miller era la hija del señor Miller, ella también era música, su padre le había enseñado a tocar instrumentos desde que era una niña. Ella solía reemplazar a su padre cuando este no podía dar sus clases.

-¿Noemí otra vez?

-Si — Marcy observó los árboles cuyas hojas eran naranjas, amarillas y un tanto cafes, el otoño si que hacia su trabajo — pero, basta de mi día, ¿Como te fue con tu cita?

El hilo rojo - ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora