Confundida.
Esa es la palabra que define a Jisoo en estos momentos.
Miraba a su reflejo en el espejo de su habitación, mientras cepillaba su largo y negro cabello. Se sentía exhausta y cansada mentalmente por todos sus pensamientos en tan sólo estos dos días.
No sabe qué esperar cuando vea a Taehyung, no sabe qué decir cuando vea a Jungkook. Simplemente no sabe qué sentir.
Retocó su maquillaje sencillo, suspiro observándose a sí misma, en un intento de darse aliento y por fin salió de la habitación. Bajó por las escaleras y fue directo al comedor, donde antes de entrar vió por la puerta que estaba entreabierta al magnate.
Como siempre estaba leyendo algo en su ipad y tomando su café mañanero. Jisoo sólo cerró sus puños cuando recordó la escena de él con aquella chica rubia.
Lo odiaba.
Odiaba esto.
Odiaba no poder odiarlo.
Sacudió levemente su cabeza, y dignamente abrió por completo la puerta, entrando por ella y caminando hasta su lugar de siempre, el cual era del lado izquierdo de su Amo.
Dubitativa se quedó de pie entre su asiento y el de Taehyung, éste como todos los días esperaba que se sentara en su regazo y le diera su beso de la mañana, pero se llevó una sorpresa cuando la pelinegra optó por sentarse en su propio asiento.
– ¿No me vas a dar los buenos días? – se escuchó su voz grave aún ronca.
Jisoo sólo lo ignoró por completo, observando su plato que aún estaba vacío en lo que las empleadas de la casa preparaban su desayuno.
– Oh... Creo que mi bebé se levantó de mal humor hoy. – dijo burlesco.
Jisoo no toleró del todo su actitud, y sin pensarlo rodó sus ojos, volteando hacia el lado contrario donde estaba el pelinegro.
Sin embargo, la chica sintió un agarre en su barbilla que la obligó a voltear toda su cara hacia el hombre de ojos miel, topándose con esa mirada que explotaba en fastidio e irritación.
– Ruedame los ojos otra vez y te ganarás 10 azotes con la fusta. – dijo en un tono severo observándola directamente a sus ojos color avellana.
La pelinegra jadeó cuando su mandíbula fue soltada de forma brusca y sólo lo miró mal cuando Taehyung dirigía su atención a su ipad. En eso, una empleada sirvió el desayuno a Jisoo, quien agradeció amablemente y empezó a degustar la comida.
– ¿Me dirás que te ocurre? – preguntó Taehyung sin dirigirle la mirada.
– No me ocurre nada. – susurró.
– No te creo. – la volteó a ver.
– Pues no me crea. – dijo en un tierno puchero.
– Hey. – tomó su mano delicadamente. – Habla conmigo, me importas.
– Claro que no, sólo le importa la rubia esa. – susurró entre dientes.
– ¿Perdón?
– Nada, ya termine, permiso. – se levantó de su asiento junto con su plato en manos para llevarlo al fregadero, después salió de la cocina.
– ¡Pues no te doy permiso para que te retires! – gritó Taehyung. – ¡Vuelve acá! – pronto salió en su búsqueda y la interceptó en el pasillo principal de la mansión.
El pelinegro vió como la fémina buscaba algo con su mirada a través de la ventana que daba vista hacia el jardín.
– ¿Qué buscas? – preguntó.
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I Own You | Vsoo / Taesoo |
FanficBien se dice que las mejores personas son las que sufren más y Kim Jisoo es un claro ejemplo de eso, una chica con sueños, esperanza y un futuro por delante. Arrebatada de su libertad a los 20 años por un grupo de secuestradores para luego venderla...