Había olvidado el calor que sentía su piel cuando su hermano lo golpeaba.
Fueron más de tres golpes los que alcanzó a tirar su hermano hacia el, tirandolo al suelo tratando de agredirlo más.
Estaba en shock.
Se suponía que ahora era alguien fuerte, un Omega que no se dejaría pisar y que viviría su cuento de hadas al lado de su alfa.
– ¡JiMin!
Escucho el grito de Yoongi, pero no tenía ganas de mirarlo, estaba echo bolita en el suelo.
Yoongi y Hoseok estaban a su lado tratando de que este reaccionara.
Y los demás sostenían a un alfa furioso que no parecía tener ganas de parar.
– EL QUE SE QUEDARA AL MANDO SERÉ YO, NO TU!
JiMin quería alegar que legalmente el debería quedarse al mando, pero no podía.
Y comenzó a llorar, chillaba como un cachorro herido.
Yoongi y Hoseok trataron de abrazarlo y solo lograron aumentar el llanto.
Nadie sabía que hacer.
Hasta SeungMin se había calmado.
– Yo soy doctor, podría revisarlo. – Hablo SeokJin
Hoseok estuvo apunto de cargar a JiMin cuando un golpe seco lo asusto.
Los golpes aumentaban cada vez más.
– JiMin se está calmando.. – Hablo Hoseok nervioso, el sabía que algo malo iba a pasar.
– Eso es bueno. – Min no dijo más cuando volteo a ver a Namjoon – Háblale a los guardias y diles que vayan a fijarse cuál es el problema.
– No.. – Nadie escucho a Hoseok, todos estaban más Pregunto por lo que había provocado el golpe.
– Hoseok, ya no hay que meternos lo mejor es ayudar a JiMin y ya. – El aroma de Hoseok era de miedo y eso solo ponía nervioso a Yoongi.
Hoseok ignoro a su Omega y se acercó a Min nervioso.
El olor a miedo de Hoseok comenzó a molestar la nariz de la mayoría.
Era raro que un alfa sintiera miedo.
– ¿Que pasa?
– JiMin no debería estar tan tranquilo, es una trampa.. ¿Lo es realmente? – Hoseok comenzó a divagar
La mayoría de guardias tenían una sonrisa burlesca, nadie sabía el porque de su estado ni querían saberlo.
– Ignorenlo, hagan lo que se les dijo. – SeungMin fue quien dió la orden para que los guardias siguieran su camino.
Y fue ahí cuando Hoseok comprendió todo.
– Algo normal en destinados es estar conectados. No importa que tan lejos estén, siempre se sienten. – Hoseok capto la atención de todos – Prácticamente Jungkook sabe que alguien agredió a su Omega.
Yoongi entendió todo a la perfección y entendió la razón de los nervios de su alfa. – ¿Dónde tienen a Jungkook?
– Está en el sótano, amarrado, nunca podría liberarse aunque quisiera.
Hoseok cargo a JiMin, el cual se había quedado dormido.
Lo recostó en el sofá procurando que este estuviera en una posición cómoda.
Se paró tras el sillón y jalo con el a Yoongi.
– Están mintiendo, que podría hacerme ese alfa a mi. – Alardeó SeungMin
– Se nota que no conocen al lobo de Jungkook. En fin, hoy habrá muchos heridos.
Se escuchó la puerta abrirse de un golpe.
Gritos, era lo único que se escuchaba.
Y de repente frente a ellos tenían a un lobo de un tamaño anormal. Estaba gruñendo, se veía enojado.
– ¿Que mierda?.. – Murmullo Min, no podía creerlo, un lobo de ojos morados brillantes estaba frente a el.
A pesar de toda la gente el lobo solo se interesó en el Omega que yacía recostado en el sofá.
Al ver la mejilla roja de este, el lobo comenzó a gruñir más.
Su mirada ahora estaba en Yoongi y Hoseok.
Yoongi temblaba de miedo, el aroma de Jeon era demasiado intimidante.
Hoseok por otro lado mantenía su ojos cerrados y respiraba tranquilamente.
– El alfa SeungMin fue quien agredió a tu Omega. – Hoseok soltó la bomba sin pensarlo mucho.
SeungMin al escuchar su nombre temblaba aún más del miedo.
Yoongi sabía que no importaba que hiciera, Hoseok siempre decía totalmente la verdad al ver la forma de lobo en Jungkook.
Y con eso, comenzó una persecución.
SeungMin corría lo más rápido que sus piernas le permitían.
Y Jungkook no tuvo que hacer mucho esfuerzo para alcanzarlo.
Al tener atrapado bajo el, Jungkook comenzó a rasgar su ropa y con ello su piel.
SeungMin gritaba del dolor sin poder salir de debajo de Jeon.
Los guardias hacían su mejor esfuerzo por separarlos. Pero quién en realidad paró todo fue JiMin.
El Omega se levantó despacio del sofá algo aturdido por el ruido, al ver a un gran lobo sobre su hermano ya tenía más o menos la idea de quién se trataba.
– Jungkook... – Solo fue un susurro, nadie pudiera escucharlo en tanto ruido
Pero lo hizo, el gran lobo escucho al Omega y dejo tirado a SeungMin, el ya había pasado a segundo plano.
– Jungkook.. ¿Que haces aquí? – JiMin soltó un bostezo y acarició la cabeza del lobo como si este no hubiera estado a punto de matar a su hermano.
Hoseok se paró en frente de Jungkook, deteniendo a varios guardias que querían aprovechar la baja guardia del lobo.
– Esto se necesita hablar y lo saben, por ahora creo que es mejor que nos den nuestro espacio. – Fue lo más firme que pudo
Min se lo pensó un poco, pero después de todo no tenían más que perder. – La sala es de ustedes está noche, mañana daremos un comunicado de la situación a la manada, así que temprano debe estar todo resuelto.
– Levantaré a los chicos para reunirnos.
– Bien, si necesitan algo utilicen el teléfono.
Min no dijo más y se retiró junto con los demás alfas.
El único que se quedó un momento fue su padre. El alfa Jung.
Había estado tan concentrado en Jungkook y JiMin que lo había olvidado por completo.
– Con permiso. – Fue lo único que dijo para irse después.
Hoseok se volteo para pensar claramente la situación.
Vio a su Omega sentado en el sofá viendo a la nada y a Jungkook ya humano y acostado en a un lado de JiMin. Estaban acostados en el suelo con algunas cobijas que Yoongi les había puesto.
– Amor tenemos que dormir.
Yoongi no contesto, solamente siguió mirando un punto ciego. – ¿Todo estará bien, no es así?
– Por supuesto que si. Creo que tengo un plan.
Hoseok tomo a Yoongi y lo recostó en su pecho.
– Duerme, yo te protejo.
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Ya casi ya casi.
Me gusta mucho la pareja sope de este Fic <3
Muchas cosas se vienen siksi
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Oʜ! Cᴀʀᴀᴍᴇʟʟᴀ ᵏᵐఌ︎
FanficLa aldea "Caramella" es de las más grandes. Liderada por Park YunHo, es una de las aldeas más hermosas y con mejores conexiones. ¿El problema? La mala relación del alfa líder con su hijo mayor, Park JiMin. Sin olvidar el odio que la mayoría de habit...