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Las horas pasaban y los turnos en el hospital cambiaban conforme el paso de los minutos. Después de su guardia en urgencias, Faith se dirigió hacia el cuarto donde los residentes tenían la facilidad de descansar después o durante una pesada jornada de trabajo.
Para su sorpresa, un hombre de mediana edad y aspecto elegante se acercó a ella y detuvo su paso, dando a entender que quería hablar con ella.

Lee Dongyul además de su jefe directo, también era su mentor, fue el mismo quien dio las respectivas recomendaciones para que Faith pudiera realizar su internado en el Eulji Medical Center hacía poco más de dos años, así que la joven italiana tenía una deuda moral que pagaba cada día con su trabajo y demostrándole que no se había equivocado al confiar en ella desde que le daba clases de anatomía en la universidad de Daejeon.

―Buen día, doctor Lee― dijo Faith con una sonrisa.

―Buen día, doctora D'Angelo, ¿Que tal el turno nocturno? —

—Agotador como siempre, pero igualmente satisfactorio. —

—Me alegra escuchar eso... Faith, me gustaría hablar contigo de algo, no te robare mucho tiempo. —

―Por supuesto. ―la italiana siguió a su jefe hasta su oficina dentro del hospital. ― ¿De qué asunto quiere hablarme? ―preguntó curiosa una vez que ambos estuvieron dentro de la pulcra habitación.

―Como es bien sabido por todos los miembros de este recinto, eres una de nuestras mejores residentes y te apreciamos mucho, no solo como profesional sino como persona. ―el hombre se reclino en su silla y continúo. ― En unos cuantos días tendrás tu examen profesional y como estamos seguros de que lo aprobaras, hemos planeado hacer una pequeña fiesta en para celebrar tu logro, ¿Qué dices? ―

―Oh vaya. ―el gesto de sorpresa de la joven era genuino. —Agradezco mucho el detalle, Dongyul, aunque sabe que no es necesario. —

―Lo se, pero es algo que hacemos con mucho gusto, como dije, eres valiosa para todos aquí. —la sonrisa reluciente del doctor en jefe era contagiosa, por lo que Faith no pudo evitar sonreír también. Amaba su trabajo. — Por lo que veo, ahora debes retirarte, ya que al parecer hay alguien que te espera. ―

Ella siguió la mirada de Dongyul y observo al hombre que se encontraba afuera de la oficina.

Más alto que ella, de tez blanca, extremadamente guapo, con cabello despeinado y una sonrisa capaz de seducir al mismísimo sátanas, Park Jimin no solo era colega de Faith, sino también su mejor amigo.

Él se había graduado un año antes, por lo que ya no era solo un simple residente, sino que ya había logrado un poco de fama gracias a sus exitosas intervenciones quirúrgicas y su excelente labor como cirujano plástico. Aunque lamentablemente para su amistad, se habían separado hacia unos meses, ya que su éxito lo había llevado al hospital principal de Incheon y sólo viajaba a Daejeon cuando tenía fines de semana libres.

―Con su permiso, doctor Lee. ―Faith salió de la oficina de su jefe y se acercó a su amigo.

―¡Jagiya! ―dijo él con entusiasmo y la abrazo casi dejándola sin aliento.

―¡Jimin! ¿Cómo estás? ―respondió ella con el mismo buen humor.

―Bien, y veo que tu mucho mejor, ¡Estás hermosa! ―

―Gracias, tu no cambias. ―

―Para nada, ¿Nos vamos ya? ―preguntó el joven sonriendo de oreja a oreja.

―Sí, vamos —ambos salieron del hospital y fueron al restaurante donde él ya había hecho reservaciones para la comida.

―Y cuéntame Faith, ¿Qué ha sido de ti en el tiempo que no estuve en la ciudad?―

El Capricho del CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora