Lavender tenía razón

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El calor del verano se sentía en el expreso y Ginny no podía estar más feliz a pesar de que prefería el frío. Las vacaciones estaban por comenzar y descansar después de las semanas de los T.I.M.O.S. era lo que todos los estudiantes merecían.

No podía creer que su quinto año haya terminado, según sus hermanos el sexto curso era el mejor de todos, no había tantas preocupaciones por pruebas que definen tu futuro y muchos cumplían la mayoría de edad en ese año y de alguna forma eso sonaba como algo increíble.

Ella estaba segura que ese año había sido casi perfecto, sabía que obtendría muchos T.I.M.O.S. Además, Luna, Neville y ella pasaron mucho más tiempo juntos, se convirtió en primera cazadora en el equipo de quidditch e hizo muchos amigos nuevos, entre ellos, Theo Nott, Lavender Brown y Astoria Greengrass. Esta última era la razón por la que consideraba su año como casi perfecto, porque la perfección quedaba atrás cada que se arrepentía de invitarla a salir.

No sabía cómo era posible que fuera tan cobarde, hace un año ella fue la que le pidió a Dean ser su novio y ahora no podía no balbucear tonterías frente a Astoria gracias a sus nervios.

Theo y Luna se habían reído más de una hora, de cómo casi le tiraba el telescopio encima a su nueva compañera de Astronomía. Recuerda haberle dicho a Lavender, después de que le leyera las cartas, que no creía que pudiera pasar algo interesante en clase a menos que vieran a un meteorito acercarse a la tierra y por supuesto que se acordaba del "te lo dije" de su amiga.

Ginny no tenía idea pero Neville le había sugerido a Theo que integrará a Astoria a su grupo de amigos, porque se había dado cuenta que le gustó Astoria.

— Hola extraña.

Habían sido las palabras que le dedicó Astoria junto con una sonrisa, cuando de la mano de Theo se acercó a ellos para acompañarlos en su picnic improvisado.

Con el paso del tiempo dejó de llamarla así, pero no podía negar lo divertido que era que Astoria le dijera "Extraña" después de meses de ser compañeras, le encantaba oírla decir su nombre, pero siempre recordaría alegre el primer apodo que Astoria le puso.

Fue tan fácil que dejara de ser solo la compañera con la que tenía que compartir un telescopio y se convirtiera en una miembro importante y querida en su grupo de amigos.

Si bien Astoria le había parecido muy linda cuando empezaron a ser equipo, con el tiempo ese simple crush pasó a más y conforme sus emociones crecían, su torpeza también.

Le pedía a Lavender que le leyera el tarot continuamente para estar segura si debía invitar o no a Astoria. Creía bastante en la intuición de su amiga para estas cosas. Ya nadie podía negar que Lavender tenía el don.

No solo acertó cuando ella conoció a Astoria, a Luna y a Neville les advirtió que fueran cuidadosos el día que planearon ir a las orillas del bosque y ninguno hizo caso. Neville terminó con la cara hinchada por una reacción alérgica y Luna con el tobillo lesionado.

El caso más impresionante que había visto fue cuando Lavender le leyó las cartas a Theo y vio que ambos tendrían un lazo muy estrecho, meses después ambos estaban tras su hermano Ron y curiosamente eso les resultó bastante bien a los tres.

Es por eso que no dudaba para nada de Lavender y su tarot. Según sus últimas lecturas Astoria tomaría la iniciativa, pero Ginny era muy desesperada y en su última salida a Hogsmeade compró unos pergaminos gemelos, para obsequiarle uno a Astoria.

No quería que sus amigos vieran que solo a ella le daría un pergamino, así que esperó a que Astoria saliera del compartimento para fingir que también debía usar el sanitario. Para todos había sido bastante obvio que iba tras Astoria, pero solo ignoró las risitas bobas y siguió su camino al baño con uno de los pergaminos para dárselo a su amiga, o futura novia, título que solo estaba en su mente.

Lavender tenía razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora