prólogo

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Se encontraba en el suelo de la habitación de algún motel de esa horrible calle, tirada y dolida, alguien le destrozaba el culo desde atrás, gritaba, gritaba como si gozará de ese asalto...pero no era así.

El sujeto se movía frenéticamente mientras bufaba y decía vulgaridades. Un infierno para ella.

Cada día se levantaba con la meta de completar la deuda del mes y, más aparte, para poder sobrevivir.

Las calles eran su casa, le habían enseñado a cómo sobrellevar la realidad a base de golpes y violaciones. Estaba harta. Hasta la médula de seguir órdenes y no poder hacer nada más que ser una mujer de compañía para hombres obesos y necesitados que lo único que podían hacer con su vida eran 5 minutos mal gastados, donde, terminada la hora, se dormían y roncaban o se echaban gases malolientes.

Cuando el hombre de atrás terminó, 5 minutos después de empezar el asalto, rodó sobre ella y se quedó dormido en el suelo, ella soltó una amarga risita y susurro:

-26.

Se dirigió a la ducha y se tomó su tiempo bajo el agua, para ella, el agua limpiaba su sucia alma, era como recibir su perdón por todo lo que hacía.

Una vez terminó, salió de baño, se vistió y se marchó; ya que el hombre le había pagado desde antes de entrar al motel.

Acariciaba las paredes mientras bajaba las escaleras tarareando "Carmen" de lana del rey. Se sentía tranquila. No feliz. Pero si tranquila.

Llegó a la calle y se dirigió a su sitio, una sucia esquina donde se pasaba 12 horas parada esperando algún cliente.

Se sentía sola, vacía...y mirando al cielo, como siempre, murmuró:

-como llegue hasta aquí...- mientras una lágrima recorría su mejilla.

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⏰ Última actualización: May 02, 2015 ⏰

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