única parte.

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Seokjin y Namjoon eran novios. Si bien, llevaban alrededor de medio año en dicha relación, hasta ahora aquellos besos, aquellos roces y aquellos toques pasaron a ser mucho más aún que algunas insinuaciones por parte del mayor de los Kim, por lo que, en la habitación de dicho Kim se encontraban los dos, Namjoon sobre el regazo del mayor, ambos besándose y concentrándose en el sabor de los labios contrarios, ya que aunque todo el tiempo se besaran, aún así nunca era suficiente cuando se trataba de ellos.

Namjoon siempre querría más de aquel muchacho de ojos marrones y cabello morado, y por su parte, éste siempre querría más de aquel muchacho de ojos de dragón y lindos hoyuelos. Así que no dudó en deslizar una de sus manos a las piernas contrarias, acariciándola y sintiendo lo bien formada que esta era aún sobre su pantalón que portaba. Mentiría si dijera que no tenía nervios de lo que pasaría a continuación, ya que ambos sabían lo que pasaría, ambos lo necesitaban y no se iban a negar a ello. No esta vez, pero aún así, el mayor necesitaba escuchar un sí por parte de Namjoon, así que, si quería tener su consentimiento para dar pase a lo siguiente, necesitaba preguntarlo directamente.

—Nam... ¿quieres seguir o parar aquí? No haría algo con lo que no estés de acuerdo o que te incomode— susurró en el oído del menor, sintiendo al mencionado estremecerse al sentir su aliento caliente por la sensible piel de su oído y cuello, por lo que, relamiendo sus labios, asintió.

—Quiero que sigas, quiero que sigamos y que pase lo que ambos llevamos queriendo desde hace tiempo, ambos lo deseamos y necesitamos— dice totalmente convencido y sonrojado. No sabía que podía llegar a ser capaz de que de sus labios salieran aquellas palabras desde el momento más íntimo que ambos habían tenido como pareja.

Lo recordaba seguido, recordaba cómo las traviesas manos de seokjin se deslizaban sobre sus piernas, sobre sus muslos y como sus besos descendian de su mandíbula a su cuello, cómo el caliente aliento del mayor calaba en lo más hondo de su piel, cómo su dicho aroma también calaba. Recordaba seguido su voz ronca susurrando lo mucho que le atraía a su novio, lo mucho que lo deseaba, lo mucho que lo excitaba cuando se ponía aquellos jeans ajustados a su cuerpo y lo mucho que deseaba fundirse en él.

Pero también recordaba que lastimosamente, su teléfono sonó, y su mejor amigo, Jimin, había llamado. Namjoon se arrepentía de haber contestado ya que, después de ello había arruinado aquel momento que había deseado desde hacía tiempo, pero se alegraba de que su novio no se hubiera molestado por ello. Aunque sí, había notado que desde entonces algo entre ellos había cambiado, y no para mal, todo lo contrario a su ver.

La tensión entre ellos ahora era percibida por cualquier persona y eso, aunque al principio le incomodaba, comenzó a darle lo mismo, ya que sabía que tarde o temprano, ambos iban a ceder a sus deseos por el otro, y eso era lo que estaba pasando justo ahora.

Una pequeña succión en su cuello lo sacó de sus pensamientos y sonrío al sentir cómo seokjin había hecho una pequeña succión, dejando por consecuencia una marca rojiza y violacea a la vez en su cuello. Se aferró a sus anchos hombros y, aún con el rostro de su novio oculto sobre su cuello, depositando besos sobre el mismo, se atrevió a mover su cadera sobre el regazo ajeno, sacando como consecuencia, suspiros y respirares irregulares al mayor.

—¿Te gusta, jin? Puedo moverme más para ti si así lo deseas— mordió ligeramente su labio inferior, para luego de ello mover su cadera una vez más, siendo repetida la acción incontables veces. Namjoon había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho, incluso perdió la noción de, cuando las manos de seokjin se aferraron a su cintura, tomando de ella y ayudándolo con los movimientos, comenzando así a crear una fricción entre sus miembros, los cuales ya estaban erectos, y cuando menos sintió, un gemido abandonó sus labios, haciéndole saber al mayor que estaba disfrutando cómo éste movía su cuerpo sobre el suyo.

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