Capítulo 48

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No te rindas en mí

SE RECOMIENDA ESCUCHAR LA CANCIÓN ANTES DE LEER, LA MÚSICA TENDRÁ UN PAPEL IMPORTANTE.

—¿Estás despierta?—una voz me preguntó, en un acto minúsculo, triste y lastimero. La cabeza me daba vueltas y tenía la sensación de haber sido golpeada con un palo repetidas veces—. Necesito que despiertes, Collins.

La voz me lleva a abrir los ojos, la luz que se colaba por la ventana me hacía querer cerrar los ojos de inmediato; un escalofrío me llegó a recorrer la espina dorsal, despertar solo le había dado cuerda a mis memorias, vi al hombre quemado y moribundo, la pila de cadáveres en el suelo y también los ojos brillantes de Edrei cuando fue secuestrado; no había sido una pesadilla fabricada por las partes más oscuras de mi cerebro, era la realidad que tenía que afrontar.

—Es momento de que te levantes—Connor estaba en la habitación de aquel hospital junto a mí, notó que la luz que entraba era más de lo que mis ojos podían tolerar y se apresuró a tomar la cortina y correrla hacía su izquierda para reducir el peso que esta tenía sobre mis retinas.

Connor tenía un vendaje sofisticado en el cuello, mismo que causaba que su voz saliera lánguida de su garganta, se había dado un baño y ahora los nuevos cortes y moretones se extendieron por la piel visible que dejaba ver su uniforme.

—Edrei—intenté hablar, pero no tenía voz, la garganta me picaba y las ganas de vomitar se alzaban con cada letra.

—Tienes que ir al juzgado bajo tierra—habló firme, caminando hacía mi cama, no fue hasta que mi cuerpo reaccionó a su cercanía e intenté alzar las manos para protegerme de él que me dí cuenta que me habían esposado a la cama. ¿Cuánto tiempo me habían sedado? Podía ver en el interior de mis esposas la piel de mi muñeca maltratada y por poco sangrante, había pasado un día como sumo—. Están deliberando si se debe mandar un equipo de rescate por Edrei—explicó, del bolsillo del overol sacó un juego de llaves, buscando entre todas ellas la que me liberaría—. Tom ya esta abajo, te voy a soltar pero no puedes poner toda loca e intentar escapar por tu cuenta, ahora no solo está en juego la vida de tu hermano y las probabilidades de recuperarlo, el destino de Riot y el tuyo dependen de tus acciones ¿entiendes?

Le hubiese gritado que se fuera a la mierda, que no necesitaba que me viniera a decir que hacer, hubiera huido, pero no podía hablar y en las esquinas de mi cerebro y los centros de mi ser le sopesaba la idea de desertar y dejar al castaño a su suerte, aún había cosas pendientes que hacer en Riot y mucha gente que todavía tenía que matar.

—Sí—la respuesta salió hosca y ronca de mi garganta.

Connor me quitó las esposas, dándome movilidad en la muñeca, me mostró un overol impecable en color verde pantano y aguardó con paciencia y una actitud hacía mí a que me cambiara la bata de hospital girando su cuerpo para encarar la pared, con la cortina que dividía dos camas en el medio.

—Antes de que te lleve a los juzgados necesito pedirte un favor... —Rompió el silencio cuando comenzaba a subir la cremallera del overol.

—Uh-huh—me limité a responder, descubriendo mis botas debajo de la cama, me dolían los tobillos, la barbilla y los brazos.

—Por favor no le digas a nadie que me has salvado, no es nada en contra tuyo... Solamente, no quiero que piensen que soy un soldado deplorable—pidió a una cortina de distancia.

Survive (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora