Única parte

803 59 28
                                    

Las miradas dicen más que mil palabras, y aquellos ojos no pasaban desapercibidos al mirarse con deseo cada vez que se topaban. A los ojos de todos no sucedía absolutamente nada extraño entre aquel par, pero la imaginación volaba en la cabeza de ambas con algún simple e inesperado roce.

Era patético, e incluso creían que le daban muchas vueltas al asunto, porque a kilómetros era obvio las cosas que gritaban las miradas, cosas las cuales eran incapaces de decir por cobardía.

Definitivamente se traían ganas pero ninguna sabía cómo dar ese paso sin alarmar a la otra.

Eran compañeras de clase, incluso hasta podrían apostar a que eran amigas, aunque no tan cercanas...en ningún sentido de la palabra.

Himiko, la cual siempre era tan directa con lo que quería o sentía, estaba más que frustrada al no tener el valor para acercarse a Ochako y decir algo como: "¿Podemos besarnos y ver hasta donde llega esto?"

Sonaba mal, era por eso mismo que aún no se había atrevido a tanto. Pero con pocos meses para culminar con el quinto semestre de su carrera sentía que el asunto se le estaba yendo de las manos. Al principio era cosa de: "Solo quiero que me deje con las piernas temblando", y ahora era algo más como: "Mierda, quiero besarla", ¿Entienden?

Bueno, en otras palabras, Toga se refería a que deseaba algo serio con la castaña, aunque por las nada disimuladas y deseosas miradas no podía jurar que el sentimiento fuera mutuo.

Ochako pasó caminando justamente frente a sus ojos, hasta cruzar el pasillo para dirigirse a su siguiente clase. Encontrándose con sus amigos que estaban en un círculo conversando animadamente causandole curiosidad.

Se apoyó en el hombro de su amigo de cabello rizado, haciendo un ademán con su mano cuando la mirada verdosa la enfocó.

— ¿De qué están hablando? — preguntó en tono bajo

— Iremos a un bar el fin de semana — Ochako asintió ligeramente con la cabeza. Con desinterés para ser sinceros, la castaña nunca había sido fanática de lugares concurridos dónde solo van a embriagarse

Una voz animada se unió a la pequeña conversación, apoyando su codo sobre el hombro de la más bajita. Y soltando divertido hizo la esperada pregunta de:

— ¿Te animas a ir, Uraraka-San? — con la pregunta alguna que otro mirada interesada cayó sobre los tres

— Eh, la verdad no estoy muy segura — mintió, siquiera lo estaba considerando — Tengo muchas cosas que hacer y debo estudiar para el próxima examen — razón no le faltaba pero conociendo a Ochako solo usaba ese pretexto de excusa

— ¿En serio? — inquirió pasando su brazo por sobre los hombros de la castaña y acercando su cara a la mejilla de esta — Es una lastima. Porque oí que cierta rubia estará por ahí, pero sí, tienes razón, estudiar es primordial — Denki era muy meticuloso y con su radar especial había logrado averiguar que esas miraditas con eran tan normales, y por el color que habían tomado sus mejillas sabía que su suposición no era errada

— No prometo nada — dijo picoteandole el estómago, logrando exitosamente que se aleje por la incomodidad de sus dedos chocando contra sus costillas

Denlo por hecho que Ochako estaría ahí.

•••

En realidad Himiko siquiera estaba enterada de esa reunión hasta ahora, que un muchacho, que nunca había visto en su vida, le informará sobre tal  salida.

— ¿Por qué debería ir? — preguntó con el rubio por detrás casi como un perrito. Toga empezaba a preguntarse de dónde había salido tan insistente muchacho — Puedo apostar que no hemos compartido ninguna clase hasta ahora, lo cuál te hace un extraño, además, no me transmites confianza y puedo denunciarte por acoso — soltó con seriedad haciendo frenar en seco al rubio, acción que la hizo sonreír — Y si no tienes nada mejor que decir, me voy

Sex's nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora