SIN RESPUESTAS

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Los dos habíamos fracasados, no era más su culpa que la mía. Los dos nos habíamos perdido en este viaje, nos acostumbramos demasiado el uno al otro, nos sentíamos seguros, en nuestra pequeña burbuja de felicidad, nos amamos demasiado, o al menos así quiero creer, me niego a creer que él no me amó con la misma intensidad que yo lo amé. Definitivamente agradecía cada momento de felicidad a su lado, pero las lágrimas, los pensamientos negativos, las dudas, la soledad, los horribles momentos... Todo eso se los podría quedar él.

Tome el bolígrafo sobre la mesa y junto a ellos los papeles de divorcio que iba a firmar.

El teléfono, sonó una vez, deteniéndome. Decidí ignorarlo, e intentar entender lo que mi abogada había dicho sobre el acuerdo, pero no me importaba, no quería nada de él, no quería volver a verlo y mucho menos obligarlo a nada. El divorcio sería fácil, los dos queríamos separarnos y no saber nada el uno del otro.

Yo jamás lo perdonaría, y el jamás me iba a perdonar a mí, era lo mejor para los dos, solo nos estábamos lastimando el uno al otro al obligarnos a seguir juntos, haríamos nuevos planes, re haríamos nuestra vidas y nuestros corazones finalmente sanarían.

El teléfono volvió a sonar una segunda vez, distrayendo mi mente por segunda vez, entendía que mi abogada creyera que estaba dudando, pero el teléfono seguía sonando.

Deje los papeles de nuevo en la mesa y saque el celular de mi bolso.

- Bueno? - conteste mal humorada.

- con la señora Jhonson, por favor. - dijo una voz muy seria del otro lado.

Esa iba a ser posiblemente la última vez que alguien me llamara por aquel apellido, retuve la intención de corregirla, después de todo no tenia porque saberlo.

- sí?

- le hablo de la clínica nacional, lamento informarle que su esposo sufrió un accidente, su estado es de gravedad...

Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora