Capitulo 7

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Estaba impresionada la verdad, no esperaba que Alex tuviera el descaro de volver a llamarme después de lo que me hizo. Provoca cortarle la llamada. Pero... Dios, soy una chismosa, quiero saber que tiene que decir.

— Alex ¿Puedo saber a qué se debe tu llamada y por qué tanta preocupación? Y también ¿Quién demonios te dio mi número o como lo conseguiste? — menciono en un tono molesta—.

— Angela, no tengo tiempo.  ¿Podríamos vernos en la noche? Tengo algo que debo decirte. Veamosnos en la estación del metro que está cerca de esa heladería que tanto te gusta. Adiós.

— ¿Qué? Per-

— ¿Me acaba de cortar?... ¿¡Es en serio?! — mencionó mientras caminó hacia el sofa y agarro una almohada y grito de la rabia—

— ¡Hijo de...! — rompo un papel y lo tiro hacia la chimenea que tengo en la sala— Es que... Mierda ¿Por qué los ex's siempre regresan cuando ya tienes estabilidad emocional?— Trato de tranquilizarme— Ya, tengo que calmarme.

Siempre me he considerado una persona tolerante, pero cuando se trata de él, me da rabia. Desde que le termine, planee una venganza, pero decidí mejor ir al psicólogo y aprendí a dejar las cosas ir, porque no valía la pena la verdad. Pero hoy, de verdad no tengo ganas de escucharlo.

...

Finalmente llegó la hora del encuentro. Por alguna extraña razón, tenía la necesidad de ir. Así que bueno fui al encuentro finalmente.

Pude verlo sentado en una de las bancas que son para esperar el metro. Me saludo a lo lejos con una sonrisa y me indicó con su mano que me sentara a su lado. Suspire y camine hacia donde estaba él.

— Y bien... — pregunte curiosa, mientras me sentaba a su lado—.

— Cambiaste mucho, Angela. Estas muy bonita... Y, tu cabello está más largo. Que bien, me gusta.— Menciona impresionado, yo solo sentía como que si me estuviera escaneando de pies a cabeza. Incomodo.—

— Ángela, quiero pedirte disculpas, no nos hemos visto desde hace un tiempo. Pero estoy arrepentido por el daño que te cause. Se que una disculpa no es suficiente. Y, esta bien si no aceptas mi perdón... Pero quiero que sepas algo, después de que me terminaste, paso un tiempo, si, pero durante ese tiempo yo cambié, cambié para bien... —menciona a punto de llorar— y, bueno, de nada sirve todo este discurso. Pero también vine a despedirme de ti. Me voy de este plano.

— ¿Que?...— mencionó confundida—

La verdad no me importaba hacia donde se fuera, con tal de no verlo más nunca, bien. Pero perdonar esta bien, es bueno, así que... tal vez él halla cambiado....

— Escuchame Alex, se que no fuiste la mejor persona en el pasado, y me alegro de que hallas cambiado para bien. Y te perdono...— lo miro mientras le regalo una sonrisa. La verdad, ahora que hablamos, ya no siento esa rabia que sentía por él. Tal vez... Ambos necesitábamos esto—.

— ¿En serio? — me sonríe igual y sostiene mis hombros para luego abrazarme. Estaba impresionada, pero igual le devolví el abrazo—. Gracias, Angela.— Se escuchaba el metro acercarse— Se separa de mi y se levanta— Es hora de irme... — Empieza a llorar—.

— ¿Qué te sucede? ¿Pasa algo?—pregunto curiosa—

— No es nada—sonríe y limpia sus lágrimas. El metro se acercaba y el se acercaba, yo solo me quedaba viendo como se alejaba. Luego voltea a mirarme— Adiós, Angela.— Estaba a punto de mover mi mano en forma de despedida, pero, en un abrir y cerrar de ojos, Salta hacia las vías del tren... y el metro pasa por encima de él—.

Todas las personas se acercaron a mirar horrorizadas, algunas gritaban. Y yo estaba en una especie de transe, por mi mente solo pasaba la misma escena una y otra vez. Sus huesos sonaban cuando el metro pasó. Y después de eso, no escuchaba nada, solo un pitido retunbando por mi cabeza. Mi piel estaba pálida y me corazón estaba acelerado, todo empezó a darme vueltas y luego caí.

...

Abri de a poco mis ojos, solo escuchaba el ruido de las sirenas de una ambulancia. Todo me daba vueltas y cuando vuelvo a abrir los ojos de nuevo, veo como me ponen una máscara para darme oxigeno.

Estaba dentro de la ambulancia, entre despierta y dormida. Luego volví a cerrar los ojos y de ahí no volví a abrirlos. Estaba como en una especie de sueño en el que solo se repetía esa escena. Quería despertar pero no podía. Era una pesadilla.

𝓔𝓷𝓬𝓸𝓷𝓽𝓻𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓔𝓵 𝓡𝓸𝓶𝓪𝓷𝓬𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora