Perspectiva de Kamille
Me encontré con Christian mientras conversaba con los directores de la Ópera, los tres sostenían en sus manos una copa con vino tinto y mi querido prometido me tomo de la cintura para que saludará. Hice caso y traté de sonreír de manera cordial, pero me era difícil actuar con comodidad al tener al rubio tan cerca de mí.
-Que bueno que te sientas mejor, amada mía. Les estaba comentando a los directores que me voy a ausentar por seis meses y en ese tiempo me gustaría que formarás parte del elenco, recuerdo que me platicaste que hace años participaste en un coro de la iglesia- dijo con una sonrisa y yo tuve ganas de llorar, cada día me impresionaba más el alcance que tenía ese hombre. La información era verídica, yo había cantado en un coro de una iglesia cercana a mi vivienda con mi madre pero eso había ocurrido cuando tenía diez años, a ese punto ya Christian debía saber quiénes eran mis familiares en Venezuela y eso me hacía sentir realmente mal. Esto era sólo un recordatorio de que me tenía en sus manos.
Trague grueso, quizás fuera lo mejor, no quería tener más problemas con los Giry, pero me chocaba con mis intereses en la universidad. Así que tome el brazo de Christian y le pedí un momento a solas, él le pidió disculpas a los directores que se veían realmente tensos y camine con él hasta la mesa de los aperitivos, me pude dar cuenta de que hoy habría otra presentación y recordé que Amelia formaría parte de ella. Me permití sentir alegría por eso, podría ver a mi amiga actuar. Tomé una copa de champagne y bebí un poco de ella, para reunir valor, debía ser fuerte porque estaba tratando con un hombre sumamente egoísta y que no le importaba mi vida.
-Querido, es que no puedo formar parte del elenco todavía, tengo muchas cosas que hacer en la universidad para poder mantener mi beca, no voy a poder con ambas responsabilidades...- le dije en modo de súplica, esperaba que me comprendiera.
Él se quedó callado un momento, pensando: -Entiendo querida, pero, ¿Sabes que puedo pagarte la matrícula para que no sufras tanto por esa beca? No me costaría nada- se terminó la copa de vino y se sirvió otra, yo me quedé viendo el suelo, deje la copa sin terminar en la mesa.
Era una oferta tentadora, pero debía declinar, no podía aceptar nada que viniera de él, no debía ser dependiente de Christian Chagny. Así que negué con la cabeza: -Te lo agradezco, pero prefiero esforzarme. Puedo formar parte del elenco después del corte de enero, por ahora no- lo ví a los ojos y pude notar en su mirada verde, tan distinta a la de la morena que me había leído las cartas, que si se interesaba por mí.
Él suspiro y tomo un trago de su licor, encogiéndose de hombros: -Está bien, cada día me llama más la atención lo desinteresada que eres y eso me hace confirmar que eres una buena elección para ser mi condesa- me sonrió y yo lamente eso, porque aprovecho eso para besarme y tratar de meter su lengua en mi boca, pero lo empuje como pude. Apestaba a alcohol y a tabaco, no podía tolerar tenerlo cerca por mucho tiempo.
Me miró con molestia y yo voltee a todos lados, notando las miradas de los demás presentes en ese salón: -No hagamos estas cosas en público, querido. Te recuerdo que sigo siendo tu prometida y la prensa me odia.
Esto lo hizo entender y nos acercamos nuevamente con los directores, les explicó mi situación y que posiblemente para enero yo viniera para hacer una audición, esto logro que ambos hombres me sonrieran y me dijeran que me esperarían ansiosos el próximo año para mí audición. Les agradecí y me permití pensar en lo que me venía por delante, había tomado una decisión realmente estúpida al tener en cuenta que ese mismo día me habían hecho una lectura muy acertada y que todas las señales indicaban que debía alejarme de esto. Pero no podía evitarlo, quería acercarme más a Erik y conocerlo mucho más, descubrir la razón de su inmortalidad y porque hacía bellos dibujos de mi rostro en múltiples expresiones. También al ver de reojo al Chagny a mi lado, supe que me gustaría conocer ese dichoso secreto que nombraba Madame Giry y que había hecho tan miserable a Christine Daae, aunque sabía que era algo imposible, no era lo suficientemente buena actriz para fingir tanto interés por las cosas que Christian me decía para que decidiera contarme algo tan fundamental en su vida.
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Me enamoré del Fantasma de la Ópera
FanfictionKamille Smith es una joven de 19 años que tras la muerte de su padre y el distanciamiento con su madre, logra irse de Venezuela para llegar a Francia, donde piensa estudiar su carrera universitaria e iniciar una nueva vida. Un día mientras se encue...