열여덟.

148 15 1
                                    

Sunoo dejó caer su cuerpo sobre el colchón de su cama para, poco después, cubrir su rostro y patalear, así como un niño pequeño se quejaría

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sunoo dejó caer su cuerpo sobre el colchón de su cama para, poco después, cubrir su rostro y patalear, así como un niño pequeño se quejaría. Su celular estaba a su lado, con la pantalla encendida, mostrando su historial en la página de búsqueda de facebook.

Luego de la vergonzosa escena que había protagonizado su hermana mayor con aquel chico, la reunión había terminado de una forma bastante estrepitosa. Ryujin se había negado a hacer y decir cualquier cosa desde entonces, y había llegado a casa con la idea de encerrarse en su habitación y no volver a salir más.

El reloj marcaba exactamente las cuatro de la madrugada y Sunoo no había podido pegar ojo. Luego de haber pensado bien las cosas, se había arrepentido por completo de haber sido el idiota explosivo que solía ser cuando se trataba de situaciones que lo molestaban o lo incomodaban.

Había creído, por un glorioso momento, que al fin podría dejar atrás su faceta antisocial, pero lo había arruinado todo escupiéndole a aquel chico en la cara que se largara y que se llevara a sus amigos con él. Y entonces había pasado las últimas horas buscando algún perfil en facebook que, por lo menos, los pudiera volver a acercar un poco.

Rio irónicamente y se sintió algo estúpido y algo patético también porque, ni siquiera se había dado el tiempo de preguntarle su apellido, y los más de veinte perfiles que se había dedicado a revisar minuciosamente no le habían dado los resultados que hubiese querido obtener.

-Parece que aún no has encontrado al Sunghoon que buscas.

Sunoo se incorporó y arrancó el teléfono de las manos de su hermano con una rapidez asombrosa.

-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar dormido?

-No puedo dormir.

Respondió Ni-ki, mientras se restregaba los ojos con las manos.

-Y estoy seguro de que Ryujin tampoco. La escuché llorar, y me preocupa. Por eso vine, no quiero estar solo.

Dibujó un puchero casi imperceptible en sus labios y comenzó a jugar con las mangas de su pijama. Sunoo sonrió un poco y se hizo a un lado, para después palmear las mantas.

-Ven.

Lo llamó, mientras acomodaba las almohadas. Ni-ki gateó hasta llegar al lado de su hermano y se sentó, colocando su cabeza contra la pared detrás de la cama.

-Todo está bien, ¿verdad?

Y Sunoo quiso responder que sí, y que nada de lo que había pasado esa noche interferiría con la rutina de sus simples y aburridas vidas. Pero no pudo hacerlo porque ni siquiera sabía con certeza lo que estaba sucediendo. Suspiró y giró la cabeza para mirar al otro chico.

-Deja de pensar tanto en eso y vamos a dormir.

Ni-ki sólo asintió, sabiendo que no podría obtener otra respuesta de su hermano mayor, y se recostó, acomodándose entre las mantas.

ᴄᴏʟᴏʀᴇᴍ |Jaywon•Heejake|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora