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SÓLO HAN PASADO UNOS DÍAS DESDE QUE OCURRIÓ ESA HORRIBLE FECHA, PERO ME ENCUENTRO buscando a Jonathan todo el tiempo.
Dijo que volvería para adoptar un perro, y realmente espero que aparezca. Quiero agradecerle por salvarme de Jeff.
Sólo fui a esa cita porque esperaba poder demostrar que mi hermano se equivocaba, pero ahora sólo siento que es una tontería.
"Dios, ¿por qué el negocio es tan lento hoy?" Shelby se queja a mi lado, y yo le doy una risa a medias.
"¿Tal vez nos hemos ocupado de todos los perros de la zona y estamos teniendo un respiro?". Le respondo con toda la sorna que puedo reunir.
"¿Todavía te duele que el abogado no haya vuelto a adoptar un perro?". Me mira de forma directa y suspiro.
"Un poco. Pero no por mí, sino por el perro que él habría elegido y dado un hogar". Trato de fingir que no tengo tantas ganas de verlo, pero ella ve a través de mí. A veces es una mierda que alguien te conozca tan bien.
"Claro, nena. Sigue diciéndote eso". Se ríe y sacude la cabeza.
"Lo que sea. ¿Puedes ir a hacer nuestro pedido para la próxima semana mientras yo empiezo a limpiar todo aquí arriba?" Le pregunto, y ella sonríe antes de ir a la parte de atrás.
Sé que le encanta trabajar en la parte de atrás porque puede jugar mucho más con su teléfono y escuchar música.
A mí tampoco me importa porque me encanta perderme en la música para relajarme, pero últimamente no puedo. Es difícil concentrarse cuando siento que me miran en todo momento, pero nunca veo a nadie cerca. Probablemente estoy siendo paranoica al respecto, pero como solía decir la abuela, "nunca se es demasiado cuidadoso".
Estoy contemplando seriamente cerrar una hora antes hoy porque Shelby tiene razón. Hoy ha estado extrañamente tranquilo y no tiene sentido que nos quedemos cuando no hay nada que hacer.
Cuando me doy la vuelta para darle a mi amiga las buenas noticias, se abre la puerta y entra Jonathan.
La primera vez que lo vi me pareció atractivo con traje, pero los vaqueros rotos y ajustados que lleva con botas de trabajo pesadas son para morirse. Si lo combinamos con una camisa negra de botones metida dentro de los vaqueros, es letal.
"Jonathan". Mi voz sale como un susurro jadeante, y quiero golpearme en la cabeza.
Qué manera de sonar como una mujer desesperada, Liv.
Su sonrisa es absolutamente impresionante cuando se acerca a mí y sus ojos recorren mi cuerpo.
Llevo un vestido negro cubierto de girasoles. No es algo que lleve normalmente, pero cuando lo vi en la tienda, supe que tenía que tenerlo.
Tiene ese aire de falda de caniche de los años 50, y me enamoré al instante.
"Hola, preciosa", me saluda, y juro que me desmayo. Santo cielo, mi corazón.
