Cojo el bolso y salgo corriendo de casa, sin darme tiempo ni a cerrar la puerta con llave, no puedo permitirme llegar ni un minuto más tarde a trabajar. Tiene narices que justo hoy no me haya sonado la alarma del móvil porque me he quedado sin batería durante la noche. Más bien no me puedo creer que eso me haya pasado a mí. Yo, que siempre compruebo más de dos veces que el móvil esté cargando y la alarma en correcto funcionamiento. Lo que está claro es que no puedo salir hasta tarde un domingo. ¡Los domingos son para descansar! Mira que ya se lo dije ayer a las chicas.
—Buenos días Melisa, no corras más que todavía no ha empezado la reunión de coordinación, tranquila - me avisa mi secretaria Lourdes.
—Gracias guapa. ¿De verdad todavía no han llegado? Pensaba que se me iba a salir el corazón del pecho con tanta carrera. ¡No me ha sonado la alarma! — le cuento a Lou a la vez que dejo mis cosas en el despacho.
En ese momento el ordenador sale disparado del bolso y termina en el suelo. ¿Podría haber empezado peor el día? Recojo el ordenador y compruebo que funcione. Veo que enciende y no tiene la pantalla rota por lo que supongo que todo estará bien. Me dirijo hacia la sala de reuniones para preparar la presentación que tengo hecha y demás materiales. Soy coordinadora de un equipo de publicidad y hoy tengo una reunión importante con unos grandes ejecutivos, quienes nos han pedido que hagamos un anuncio publicitario para una marca que está en desarrollo pero todo apunta a que será muy pero que muy famosa. La marca en cuestión se llama "Heat Wave" y es una marca de ropa interior exclusiva para mujeres y hombres, con el añadido de que promoverá la igualdad y la libertad de expresión sexual.
Desde que comencé como coordinadora de equipo en el mundo de la publicidad hemos ido enfocando todos nuestros trabajos en torno a estos ideales tan necesarios. ¡La publicidad necesitaba una revolución! Mi discurso feminista junto a mi Máster en Igualdad Publicitaria fueron las armas que me permitieron ascender a este puesto y hasta ahora (creo) que he hecho bien mi trabajo. Estoy muy orgullosa de lo que mi equipo y yo estamos consiguiendo, además nuestras campañas publicitarias cada vez son más reconocidas y populares. Ser coordinadora de equipo ha sido una gran oportunidad y más siendo tan joven todavía, con 26 años.
Estoy encendiendo el ordenador cuando comienzan a llegar los peces gordos de "Heat Wave". Les doy la bienvenida y comenzamos con la reunión. A la vez que empiezo a explicar la campaña publicitaria que mi equipo y yo hemos estado desarrollando estos últimos meses, veo por el rabillo del ojo que mi ordenador no se enciende. Sí, mi ordenador donde está todo guardado bajo llave. ¡No puede ser! Recuerdo que hice una copia y se la di a Lourdes hace unos días por si pasaba cualquier historia. Bien, pues está pasando cualquier historia. Pido disculpas a las personas presentes y voy a pedirle a Lou esa copia.
—Lou, por favor, por favor, dime que tienes la copia que te di de la campaña publicitaria "Heat Wave" hace unos días. Creo que mi ordenador ha pasado a mejor vida.
Lourdes abre los cajones de su mesa a toda prisa y saca la copia que estaba buscando. No sé qué haría sin ella, es una de las piezas más esenciales de este equipo. Le doy las gracias y vuelvo a la sala de reuniones.
—Disculpen, mi ordenador ha dejado de funcionar pero aquí traigo una solución. Ahora sí que podremos ver esa campaña publicitaria de la que tanto hemos estado hablando — digo con un toque de humor a la vez que pongo el USB y comienza a proyectarse.
La campaña comienza con varias fotografías unidas a una música en consonancia, en perfecto equilibrio. Echo un vistazo a mi alrededor y parece que está gustando. Sin embargo, ya había quedado claro que hoy no era mi día. Cuando terminan las fotos comienza un vídeo en el que varias personas salen hablando de esta ropa interior, pero lo que hay en esta copia es bien distinto. El vídeo que comienza a proyectarse es mío. Soy yo frente a la cámara actuando como una modelo sexi con las prendas de ropa interior que "Heat Wave" nos regalaron por nuestra colaboración. Apago corriendo el proyector pidiendo disculpas una vez más. ¡¿Por qué coño estaba eso ahí?!
—Señorita Melisa, si no le importa volveremos en otro momento en el que esté usted más preparada. No podemos seguir perdiendo el tiempo esta mañana, tenemos asuntos muy importantes que atender. Sin duda estaba haciendo usted de buena modelo pero supongo que esta no es la campaña publicitaria que deberíamos estar viendo — comenta uno de los jefes de la marca con una media sonrisilla en la boca. Quiero desmayarme de la vergüenza que estoy sufriendo, jurado.
—Lo siento muchísimo, mi ordenador ha dejado de funcionar y bueno... Yo... - balbuceo a medida que todas las personas que me han visto hacer el ridículo se van marchando de la sala de reuniones.
—Volveremos a llamar a su secretaria para concertar una nueva reunión, muchas gracias señorita Melisa — se despide de mí a la vez que se cierra la puerta del ascensor.
—¿Cómo ha ido la reunión Mel? ¿Ya somos la nueva cara de "Heat Wave"? — pregunta Lou emocionada, levantándose de su mesa y acercándose hacia donde me he quedado pegada al suelo.
—Lou, quiero que el suelo me trague. Por favor, haz que el suelo me trague. Dudo que pueda mirar a esas personas de nuevo a la cara — ahora mismo lloraría sin parar y probablemente tendría lágrimas para inundar toda la oficina.
Le cuento a Lou todo lo que ha pasado mientras ella me mira con la boca abierta. No le culpo, pues yo tampoco puedo dejar de alucinar en colores con lo que acaba de pasar.
—Mel no te preocupes, han dicho que pedirían otra reunión. Esto tiene solución, no acaba aquí tu carrera profesional — intenta consolarme la pobre Lou mientras me acaricia mi largo pelo rubio ceniza y se dirige a hacerme mi té favorito, té negro con vainilla. En estos momentos estoy en shock pero no me pasa por alto que Lou siempre me cuida y hace mis días mejores en todo lo que puede. Mil gracias una y otra vez Lourdes.
—Lou, tú no me has visto delante de todas esas personas poner cara de guarrilla mientras intentaba hacer vete tú a saber el qué con la cámara y me llevaba las manos a... Menos mal que lo he podido parar antes de que eso fuese a más. ¡Menos mal! — sigo lloriqueando y echándome las manos a la cabeza.
—No, no lo he visto. Aunque te mentiría si te dijese que ahora no me ha picado la curiosidad por verlo — dice con una sonrisa en sus labios pintados color cereza — pero no puedes seguir aquí lamentándote todo el día. ¿Por qué no haces una cosa? ¿Por qué no te tomas el día libre? Si sigues aquí no vas a poder salir de este bucle de lamentos.
—Tengo muchas cosas que hacer, no puedo. Me voy a mi despacho y ya se me pasará esta angustia...
—Te cubro en todo lo que tengas hoy por hacer y cambio todas las reuniones que tengas para otros días durante la semana. No nos vamos a hundir porque cojas un día libre. Te mereces este día libre más que nadie Mel, trabajas mucho — dice a la vez que me tiende el abrigo.
Como creo que todavía sigo sin reaccionar, cojo el abrigo y me lo pongo. Sigo intentando convencer a Lou de que tengo que quedarme pero me mete en el ascensor y toca el botón de la planta baja. Una vez estoy en la calle echo a andar hacia mi casa, unos 15 minutos andando de la oficina en las afueras próximas de Madrid, con la intención de pasarme el resto del día viendo películas y comiendo comida basura.
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TODO AQUELLO QUE VIVIMOS
Romance¿Crees en el destino? ¿Crees en las casualidades? ¿Crees en el amor verdadero? Tres historias que se mezclan dando lugar a este fenómeno. Deja que sus tres protagonistas te seduzcan (te aseguro que lo harán). Una novela que no podrás dejar de leer...