Un día de confesiones

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Después de ese día, Todoroki siguió huyendo de Bakugo, se sentía muy mal por no haberle dado una respuesta, además sentía mucha vergüenza con el rubio por esa noche.

La relación con su padre era bastante difícil, después de haberlo desafiado con sus estudios, haberse ido de su casa y declarar abiertamente su orientación sexual, había tenido más de una discusión con él y no estaban en buenos términos. Su padre aparte de querer un sucesor en su empresa también quería descendencia por parte de su hijo menor, cosa que Shouto veía imposible.

Esa noche, la noche con que paso junto a un desconocido, Todoroki había llegado a Japón, se había encontrado con su padre y habían tenido una discusión, salió un rato cuando vio a Kirishima llegar en un auto. Cómo su medio hermano era la única persona que siempre lo aceptaba como era sin juzgarlo, decidió esperarlo para charlar con él un rato y desestresarse. Cuando vio al rubio llegar su cerebro entro en shock, jamás había visto un hombre tan atractivo en su vida, tan perfecto, y pensó que un hombre como ese jamás se fijaría en un hombre tan simple como él, con todos sus problemas y una personalidad tan aburrida.

Así que decidió probar suerte con una personalidad opuesta a la suya, cosa que logro gracias a sus estudios, si eso le permitía tener una oportunidad con el rubio aunque fuera solo una noche valdría la pena, al menos podría disfrutar de su recuerdo. Cada beso, cada caricia de ese noche, lo hizo no arrepentirse de haber actuado así. Pero cuando despertó sintió un vacío en su corazón, no ver al chico con el que había estado lo hizo sentir como un cualquiera.

El bicolor no había dejado de pensar en él, todos los días se planteaba la hipótesis de que hubiera pasado si se hubiera presentado como era, pensaba que posiblemente el rubio no hubiera huido de él, aunque reinaba más la idea de que ni siquiera le hubiera mirado.

Después de eso, y a raíz de que la situación no mejoraba, Todoroki decidió regresar al extranjero, así podría olvidarse de su padre, de su empresa y de su idea de tener descendencia, además de que haría todo su esfuerzo por olvidarse del rubio así se viera como misión imposible en ese momento. Pero cuando aquel desconocido con él que había tenido la mejor noche de su vida paso a tener nombre, su corazón le impidió irse, aunque su mente lo atormentaba constantemente por haberse comportado como una perra en celo esa noche.

Todoroki había batallado mucho con sus pensamientos cuando decidió hablar con Bakugo y confesarle todos sus sentimientos y emociones, con tal, que podría perder llegados a ese punto.

El día que Todoroki escogió para confesarse ante Bakugo no fue el adecuado, cuando llegó a su oficina el rubio se encontraba en compañía de un chico peliverde de ojos hermosos y sonrisa inocente. La puerta estaba abierta, pues era tarde y ya no había nadie en la oficina. Todoroki sin saber porqué se quedó detrás de la pared a escuchar la conversación.

-Kacchan me alegra que me hayas recibido-

-Dijiste que tenías algo importante para decirme- Su tono era seco, casi molesto.

-Sé que no debes tenerme mucho aprecio, es más puede que este es en la lista de tus personas odiadas, y lo entiendo no es un reclamo y...-

-Al grano maltido Deku, no tengo mucho tiempo-

-Quiero pedirte perdón Kacchan y contarte las verdaderas razones por las que me fui-

-De que diablos hablas, que te hace creer que quiero saber eso?-

-Solo dame la oportunidad de decirtelo, es algo que me ha estado atormentando todos estos años y de lo que no he dejado de arrepertirme-

-Como sea-

-Yo de verdad te amaba Kacchan, a veces creo que aún lo hago- El corazón de Bakugo al igual que el de Todoroki dió un brinco al escuchar estás palabras. -Si hubiera estado en mis manos nunca me hubiera ido de tu lado, pero tú madre..-

Seducido por un desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora