05. Sentir sus labios

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Anne observó el rostro inmune de Marcy, observó sus hermosas y perfectas facciones, observó sus lindos y finos labios, observó sus ojos verdes y brillantes.

-¿Quieres que me quede?, Creí que odiabas las ataduras.

Marcy rió y desvió la mirada de los ojos de Anne.

-Tal vez lo hago, pero... ¿Para todo hay excepciones, no?

Anne sonrió, emocionada.

-¿Más preguntas al respecto? — Marcy se levantó de la silla y tomó los dos vasos que se encontraban en la barra.

-Yo lavaré el mio — Anne se levantó, Marcy sonrió y le entregó el vaso a Anne — y no, no tengo más preguntas.

-¿Puedo empezar con las mías?

-¿Tines preguntas?

Marcy asintió y empezó a lavar el vaso en el que ella había tomado jugo anteriormente, Anne observó de reojo a la pelinegra.

-Está bien, te escucho.

No podía suponer que clases de preguntas eran las que Marcy le haría, pero disfrutaría seguramente de escuchar su voz y responder sus dudas.

-¿Cuantos años tienes?

« Oh, preguntas personales » pensó, aclarando su anterior duda.

-20, estoy por cumplir 21 en dos meses, más o menos.

-¿Trabajas o estudias?

-Las dos, estudio herpetología en la universidad pero trabajo en un Macdonald's en el centro los domingos y las noches de los jueves — Anne puso una mueca, odiaba el olor a pollo frito que solía quedar impregnado en su ropa de regreso a casa.

-¿Usan carne verdadera ahí? Siempre tuve esas duda — Marcy dijo.

Anne rió.

-Me mandan a matar si respondo.

-Confidencial y top secret, lo tengo — Marcy rió — ¿Fantasía, romance o acción?

-Romance, desde siempre.

-Yo prefiero la fantasía mil veces.

-Las películas con ambos son mejores, igual que los libros.

-¿Anne Boonchuy es tu verdadero nombre?

Anne asintió entre risas y observó de reojo a Marcy.

-Anne Savisa Boonchuy — la castaña dijo.

-El mío es Marcy Regina Wu — la pelinegra puso una mueca.

-Sin ofender, no tienes cara de Regina.

-¿Color favorito?

-Azul.

-Verde.

-El verde es lindo, tus ojos son de ese color.

Anne se dió cuenta de lo que acababa de decir y se retractó al instante.

-No porque tus ojos sean lindos, o sea, ¡No digo que no lo sean tampoco...!

Anne fue interrumpida por una repentina risa por parte de Marcy, volteó hacia la pelinegra que se encontraba riendo, sus mejillas tenían un lindo color carmín en ellas.

Anne se sonrojó al igual que Marcy y no pudo salir del trance en el que acaba de entrar.

-Entiendo, tranquila — Marcy dijo y observó a Anne, su cabeza se inclinó un poco y sus ojos dieron mejor con los de Anne — yo también creo que tus ojos son lindos.

Inevitablemente, la mirada de Anne se posó en los labios de Marcy y no pudo evitar preguntarse... ¿Como se sentiría besarlos?

Anne borró ese pensamiento de inmediato, era tonto, Marcy acababa de conocerla y además, parecía odiar las relaciones, era obvio que no la besaría.

-¿Sigues ahí, Anne?

Anne volvió a la realidad ante la voz de Marcy.

-Si, si, perdón — negó con la cabeza — solo... Solo estaba pensando en algo tonto.

-Me gustan las cosas tontas, cuéntame.

Anne se sonrojó y llevó una de sus manos a su nuca, nerviosa.

-Nada relevante, no te pierdes de mucho si no te lo cuento.

Marcy se encogió de hombros y asintió.

-Cómo tu digas — Marcy secó sus manos con un trapo de color amarillo — ¿Quieres ver algo en la televisión?, Tengo HBO Max, tienen buenas series.

Anne asintió y siguió a Marcy hasta la sala.

A pesar de que intentó con todas sus fuerzas concentrarse en la película, su mirada y atención siempre se quedaba en la chica que tenía al lado.

En sus labios rosas, en su piel cremosa y suave, en su cabello despeinado que la hacía ver bien, en sus ojos fijos en la televisión, en Marcy para hacerlo corto.

Y no pudo evitar sentir un vacío en su corazón cuando apretó el botón de la planta baja en el ascensor luego de haberse despedido de ella.

Abrió la puerta de su departamento con las llaves que dejó en la mesa que se encontraba en la entrada, se sacó las botas y las dejó a un lado.

Casi tuvo un infarto cuando observó a Sasha en su sala de estar sosteniendo una tasa de té mientras una sabana la rodeaba dándole calor.

-¿Por qué no avisaste que vendrías?

-Tu teléfono sonó apagado — se encogió de hombros.

No recordaba que su teléfono se hubiera apagado, pero era algo que se debía esperar, llegó con poca carga al departamento de Marcy y lo usó un rato en el elevador caundo salió.

Anne se sentó al lado de su mejor amiga y observó la serie que Sasha estaba viendo.

-¿Hablaste con ella?

-Si.

-¿Qué pasó?

-Ahora somos...¿Amigas?, Creo que somos más conocidas, la verdad.

-Es un avance, ¿No?

Anne suspiró y asintió.

-Es un avance.

-Me alegro por ti — Sasha dijo.

Ninguna de las dos volvió a hablar en el resto de la noche, cuando el programa terminó Anne volteó hacia su mejor amiga, quien se encontraba durmiendo tranquilamente, su cabeza estaba apoyada en el respaldar para la mano, una posición bastante incomoda.

« Con razón no volvió a hablar »

Anne sonrió y se levantó, trató de dejarla en una posición más cómoda y la cubrió con la sábana. Apagó la televisión y caminó hasta su cuarto.

Anne encendió la luz de su habitación y cerró la puerta detrás de ella, abrió la puerta de su armario y se sacó la camiseta para luego ponerse una que era alrededor de dos tallas más grande de la que ella usaba.

Se dejó caer en su cama y entró a instagram para distraerse mientras el sueño le llegaba, estaba demasiado emocionada por lo de hoy como para poder dormir.

Con miedo y un poco de duda, entró a su chat con Marcy y escribió.

Anne:

Descansa, Marcy :D

No recibió una respuesta al instante, pero luego de un rato, un punto verde se encendió en el perfil de Marcy anunciando que estaba activa.

Y finalmente una respuesta.

Marcy:

Te digo lo mismo, Anne.
¿Nos vemos mañana?

Anne sonrió, emocionada.

Anne:

Donde tú digas.

***

El hilo rojo - ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora