El amor de Eros

06 Pequeño querubin

Había pasado un tiempo desde mi llegada al palacio de la diosa Afrodita, todo era calmado pero no como en el palacio de la diosa Perséfone y la diosa Demeter.

Estaba cuidado de las rosas cuándo sentí una mirada encima mio, volteé y pude ver a un pequeño niño con apariencia de bebé sentado en una banca del jardín.

Me pareció extraño, ya que nunca lo había visto.

—Disculpa pequeño. — Me acerque cuidadosamente.

—¿Quién eres tu?— Pregunta arqueando sus cejas.

—Soy una ninfa de la diosa Afrodita ¿Que haces aquí?—

—Soy hijo de la diosa Afrodita, soy el dios Eros. — Sonrió landinamente.

Me confundí al escuchar eso, no lo recordaba.

—Si la diosa tuviera un hijo, ya me hubiera dicho. — Lo mire y le sonreí.

—Pues creo que no escuchaste esa parte. — Hizo un puchero con su ceño fruncido y se cruzo de brazos, por aquella acción no pude evitar soltar una pequeña risa. —¿De que te ríes?—

—Eres muy tierno. — Tomé sus mejillas y las estire un poco haciendo que quedarán un poco rojas.

—Mira lo qué provocaste. — Frotó sus manos contra sus mejillas y volvió a fruncir su ceño.

—Perdón, es que eres muy adorable. — Sonreí y volví a soltar una pequeña risa.

—Cuándo me vuelva hombre te buscaré y te haré pagar por lo que me haz hecho. — Siguió con su ceño fruncido dándole un aspecto muy adorable.

—Pero pasara mucho tiempo para que pase eso. — puse mi mano en su cabello y lo revolví un poco, este se sentía sedoso, era rubio y un poco ondulado. —Nos vemos pronto pequeño. —

Me alejé del lugar de dónde estaba ese pequeño niño, aún tenía curiosidad por saber quién era ese niño y que hacía en el palacio de la diosa Afrodita.

A lo lejos ví a Darlene y no me resistí a preguntar sobre aquel pequeño niño con alas de ángel, algo un tanto extraño para mí.

—¡Darlene!— Corrí hacía ella.

—¿Que sucede Atenas?— Me miró confundida.

—¿Tú sabes de quién es el pequeño niño qué estaba en el jardín?—

—Hablás del dios Eros, hablá con más reverencia. —

—¿El dios Eros?— Dije casi gritanto de la impresión. —Pero no lo parece... —

—Ahora no esta cerca del dios Anteros. — Sonrió.

—¿El dios Anteros?— La miré un tanto confundida ya que nunca había escuchado hablar sobre él.

—Es el hermano del dios Eros al igual que el dios Hímero. — Sonrió. —Cuándo alguno de los dos esta cerca del dios Eros este se convierte en un hermoso hombre el cuál es muy envidiado por su belleza y destreza en el arco. — Dijo dándo aires de superioridad al dios Eros.

—¿Y por qué cuándo no esta con ellos es un pequeño niño?— Dije con curiosidad, al parecer mi padre no me había contado todo acerca del dios.

—Bueno, cuándo el dios nacío fue una alegría para la diosa Afrodita ya qué era hijo de ella y del dios Ares. —

—Espera el dios Ares. — Dije sorprendida.

Estaba muy sorprendida por lo que me había dicho Darlene, al parecer desde que la diosa Afrodita había tenido al dios Eros este era un niño, así que consulto al oraculo para saber qué hacer para que el creceria, el oraculo le dijó que tenía que tener un hijo que cuándo estuviera cerca del dios este creceria y se convertiría en un hombre hermoso y habilidoso. Después del dios, nacío el dios Hímero pero al ver que este cerca de él aún no crecía volvío a consultar con el oraculo y este le volvío a decir que tenía que tener otro hijo, un tiempo después la diosa tuvo al dios Anteros y al estar ellos junto al dios Eros, este crecía y se convertía en un hombre muy apuesto.

También por lo que me contó el dios Eros castigó al dios Apolo por burlarse de él por solo jugar con un arco y flechas, este hizo que él dios se enamorase de la ninfa Dafne, hija de Ladón, ya que ella lo había rechazado. Dafne le había rezado al dios Peneo pidiendo ayuda suya y este se la demostró convirtiendola en un árbol de laurel y se consagro al dios Apolo.

—Te dije que te encontraría y me vengaría. — Escuché una voz masculina.

—Dios Eros...—