Capitulo 17.

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Daniel:

Escuchar que Valeria está enamorada de mi fue lo más lindo que pude haber oído.

Le tengo una pequeña sopresa, bueno, de hecho solo lo planee mientras dormíamos en el sofá, porque las gemelas se quedaron en el cuarto.

Acaricio el cabello de Val mientras veo cómo duerme tan plácidamente.

—Abrazame, Daniel.—dice asustandome ya que yo creí que está dormida.

Aún así, la abrazo.

—¿Por qué no duermes?—pregunta somnolienta.

—No puedo dejar de pensar en lo que me dijiste.

—No es mentira, eh.

—Nunca dije que no te creo.

—Menos mal.—rie apegándose más a mí.

—Solo que no quiero dormir, quiero seguir escuchando esa frase.—digo pero por las acaricias que Val hacia en mi pecho hizo que me durmiera.

Un ruido me despierta de la peor manera, mi cuerpo cae al suelo y me quejo en voz alta.

—¡Val, Daniel se cayó!—una de las gemelas dice mientras yo me sobo todo el cuerpo.

Las gemelas empiezan a reírse pero aún así veo que una de ellas se acerca a ayudarme para pararme.

—Gracias...

—Soy Celeste.—dice le gemela, Celeste tiene las mejillas más rellenitas y sonrojadas, ahí un dato para poder saber quién es quién.

—¡Niñas ya está su desayuno!—grita Val desde la cocina.

—¡Ya vamos!—ellas gritan y se van hacia la cocina, mientras yo arreglo el sofá que está con una frasada y lo llevo al dormitorio de Val.

Hay muchas fotos de ella y las gemelas juntas, sin duda Valeria le tiene un gran cariño por ellas.

Mi imaginación vuelva y pienso en como sería Valeria de mamá, sin duda será la mejor de todo el mundo, con las gemelas lo demuestra.

¿Algún día seré papá?, Creo que no, en el mundo en el que vivo no es nada seguro y si lo tendría lo mandaría muy lejos de mi, así los enemigos no le harían nada.

Para mí, no es necesario ser papá para ser realmente feliz, porque yo ya estoy siendo feliz con ella.

Dejo las sábanas y bajo corriendo hacia la cocina cuando Vale me llama para desayunar.

—Te hize unos panqueques.—me dice entregandome mi plato, las gemelas en enfrente mío ya desayunado y Vale se sienta a mi costado con su café.

—Desayunen.

—¿Que tal les fue en su viaje?.—le pregunta Valeria a las niñas.

—Muy bien, pero...

—¿Pero?—dice Val.

—Ven.—es lo único que dice Estrella bajando de su silla y jalando de la mano a Valeria y se van, dejándome con Cele.

—¿Sabes que pasó?.

—No lo sé, mi Estrella es media rara.—dice Celeste con las mejillas sonrojadas de tanto reír.

—Y si.—rio con ella, nunca he convivido con niños pero ella está siendo muy linda y amable.

Unos segundos más tarde, bajan Estrella y Val, a esta última se le ve muy enojada, sea lo que sea que le hayan dicho la está haciendo casi explotar.

—Daniel, ven.—miro a Celeste y ella ríe, me encanta que se ría tanto.

Ya me dieron ganas de tener un hijo, JAJAJAJA.

—¿Que pasa?—pregunto preocupado.

—Solo quédate aqui con las niñas, ya vengo.

—Espera, ¿A dónde vas?

—Eso no importa, solo cuídalas, si?

—Esta bien.

—Cuidalas, no quiero que les pase algo mientras no estoy.

—Confia en mi.

—Claro que lo hago, sino no te estaría dejandolas a tu cargo.—antes de que se vaya deja un beso en mis labios y desaparece.

Regreso a la cocina con las gemelas, no creo que sean tan traviesas.

—¿Que le paso a Val, estrellita?—le pregunta Cele a su hermana.

—Nada.—responde la gemela.

—Bueno chicas, Val me dijo que seré yo quien las cuide mientras ella regresa, bien?

—¡Sii!—dice Cele feliz.

—Sip—dice Estrella.

—Bueno, hay que empezar a limpiar la cocina, mientras viene Val.—ellas asienten, y cada una deja su plato en el lavadero.

—Yo voy a lavar los platos, ustedes limpian la mensa y barren.—le doy las órdenes y empiezo a lavar los platos.

—Dan, falta música.—dice Estrella.

Así que pongo Lover de Taylor Swift

—Me gusta mucho esa música.—dice Cele empezando a menear su cabeza.

Rio y sigo lavando los platos mientras escucho la música y pienso en ella, en Valeria.

Una vez termino de lavar los platos me seco las manos las cuales parecen de abuelita por tanta agua que toqué.

—Muy bien.—felicito a las gemelas y ellas sonrien felices de lo que han hecho.

La mesa es limpiecita y el piso no que decir, todo limpio.

—Ahora la habitación de Vale.—digo.

Subimos a la habitación y hago que ellas agarren las sábanas para yo poder sacudir  el colchón y después le pongo las sábanas.

—¡Listo!

—Falta barrer.—dice Estrella saliendo de la habitación.

—Mira, ¿Están bonitas las fotos, no?—dice Cele viendo un cuadro en dónde están las tres.

También hay otra en dónde las gemelas están bebés.

—Si, mucho.—llega Estrella con la escoba y barre, mientras que yo voy al baño y empiezo a limpiarlo.

Horas después nos tiramos en el sofá cansados de tanto trabajo de limpieza.

—Estoy muy cansado.

—Y nosotras.—dicen las gemelas agotadas.

—Nunca en mi vida había limpiado tanto.—me quejo.

—Ni nosotras.—alguna de ellas se levanta y coje el control del televisor y pone una película, claro, animada.

—Bueno, ahora sí a descansar.— recuesto mi cabeza en el sofá y cierro los ojos.

Me sorprendo al sentir algo en mi hombro y es la cabecita de Cele.

Sonrío, y me quedo viendo la película con ellas.

Acaba la película y con ella Valeria aparece.

—¡Val!—las niñas van hacia ella y se abrazan.

—Mis niñas, ¿Que tal todo?—Val pregunta viniendo hacia mi.

Se sienta a mi lado y las gemelas en sus piernas.

—Bien, solo un poco cansadas porque hemos limpiado toda la casa.

—¿De verdad?, Que bien, mis niñas.—Val recuesta su cabeza en mi hombro como una muestra de cariño y dejo un suave beso en su cabeza.

—¿Que quieren comer?.—pregunta Val y ellas responden, y así nos vamos hacia un restaurante para pasar un buen rato entre los cuatro.

(***)

¿A dónde se habrá ido Val?

Mhm

Adiós

Besos de Rosalía ❤️✨.

SAN VALENTÍN    (TERMINADO) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora