Lo que sucede cuando morimos.

Cap. 15: De humanos y elfos.

Cuando salimos los tres sólo con las toallas nos cruzamos con las chicas, que estaban saliendo del baño femenino.

Tras la sorpresa inicial se prepararon para combatir a Casey, ya que ella y Shakti llevaban en sus brazos sus ropas y sus armas.

-¡No se pelea en mi santuario! -gritó la elfa oscura con autoridad mientras desenvainaba.

-¡Tranquilas! quiere venir con nosotros y ver nuestro lado de la historia -dije dando un paso para intentar calmar a ambas partes.

La daga de Shakti se encontró con mi toalla según avancé, que acabó con ella rasgada en el suelo más rápido de lo que pude evitar. Eso cortó la tensión igual de bien que mi toalla, con Shaena chillando y tapándose el rostro con las manos abiertas, Ziev riéndose y Dandel abriendo los ojos desde detrás de Aiko, que sólo me llamó pervertido sin perder la compostura.

* * *

Para reducir asperezas, Shakti nos invitó a cenar.

Nos encontrábamos en una sala lateral del jardín a la izquierda de donde estaban los baños, sentados alrededor de una mesa baja.

Comiendo principalmente frutas de nuestra bolsa infinita con la que Casey alucinó y algo de caza asada junto con una salsa de curry picante hecha por Shakti.

-Sigo sin entender por qué está ella aquí con nosotros, Demonio.

Shaena estaba visiblemente enfadada, con el ceño fruncido y la mirada fija en Casey, que estaba sentada a mi lado mientras cenábamos.

-Ha aceptado porque quie...

-¡Eso ya lo sé! -me cortó -. Es solo... que no quiero que nos aleje... que nos aleje de nuestro camino -dijo mientras se sonrojaba.

-No te preocupes, cuando veas a los Sabios Eternos y te den tu destino te dejaré en paz, princesita.

-Me cae bien, te cae mal y es fuerte, deja que se quede -dijo Ziev con la boca llena.

-¡Está bien! Sólo quedan dos pueblos hasta el lago sagrado, así que no será demasiado tiempo pero no te quitaremos el ojo de encima, estáis conmigo, ¿verdad?

Dandel asintió con timidez y Aiko que se encontraba de pie a un lado hizo lo mismo con franqueza.

-Si se sobrepasa con mi tesorito le prenderé fuego, el resto me da igual -afirmó Ziev con un muslo de pollo en la boca.

-Chicos, yo me voy a a dormir y tenemos sólo 4 habitaciones, así que pensad cómo queréis organizaros -dijo Shakti con una sonrisilla mientras fingía un bostezo y se estiraba exageradamente.

-Yo dormiré con el plebeyo -dijo Casey.

-¿Qué? ¡No! Te he visto cómo le mirabas el culo en los baños, no me fío de ninguna de tus intenciones.

Mi mirada pasó de Shaena a Casey, que evitó devolvérmela haciéndose la concentrada en la comida.

«Reconozco que lo de esta integrante no me lo vi venir».

-Si es mi tesoro debería dormir yo con él para que no me lo robe -afirmó con dejadez Ziev, que no cesó de comer mientras hablaba.

-Esto...

Sin decir nada más, Dandel sacó de la manga de su yukata el palo ganador: El más corto de cuando decidimos organizarnos en la taberna de Sito. Estiró el brazo a la vez que se encogía y miraba a sus piernas arrodilladas.

Shaena infló los carrillos un poco pero no dijo nada.

-Casilda, ¿dormimos tú y yo juntas? Creo que nuestra princesa se sentirá más segura así. -dijo Shakti.