2| something almost forgotten

268 48 1
                                    

—BUENOS DÍAS —SALUDÓ con una sonrisa a la mujer que le había abierto la puerta del lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—BUENOS DÍAS —SALUDÓ con una sonrisa a la mujer que le había abierto la puerta del lugar.

Su no primera estación fue una casa llamada "Golden Orphans", estaba a los costados de una de las ciudades, grande y tenebrosa. Estuvo ahí muchas veces, esperaba que la anterior fuera la última en mucho tiempo. 

—Buenos días —respondió ella sin abrir la puerta en su totalidad.

—Mi nombre es Alex Summers, yo, quería saber si mi hermano estaba aquí —arrugó la hoja con direcciones con su mano en un puño. 

—Lo siento, pero ya cerramos —dijo ella.

Trato de cerrar la puerta, a tiempo Alex consiguió interponer su mano para evitarlo y usar su fuerza para tratar de ganar mucho más tiempo en el juego. 

La mujer lo miro mientras hacia un esfuerzo por azotar está contra su cara.

—Por favor —dijo.

Ella lo miro bien. Llegaban como él y se iban como él, con esos ojos tristes y con una vaga esperanza caminando en ellos.

Poco a poco la fuerza de Alex empezó a empujar la puerta aún más fuerte, disminuyendo la de la mujer. Aparto la madera de ambos y cruzó sus brazos envueltos en un abrigo por encima de su pecho.

—¿Cómo se llama? —interroga.

El rubio se serena y su expresión cambia por completo, con un rastro de felicidad por sus labios.

—Scott —duda un segundo, hace tiempo no lo llama de esa forma en voz alta.

Se abre del camino para dejarlo entrar.

Las columnas del lugar están medianamente descuidadas y parte de su material roto, podría derrumbarse. El papel tapiz se ve en las mismas condiciones que las columnas y alfombras de colores verdes oliva.

Hay silencio por qué claro, ¿Qué niños estarían despiertos a la media noche? Su ausencia daba lugar a un pasillo largo y vacío que lo conduce hasta un viejo mostrador con manchas de polvo en sus esquinas.

—No recuerdo haber tenido a un niño llamado Scott, pero no conozco el nombre de todos —informó la mujer.

Observo bien, bajo la luz de esos focos su edad era más clara, disminuyendo a unos veinte años. Una mujer pálida con apariencia enfermiza.

Saco grandes carpetas de abajo del escritorio, esto llevaría mucho tiempo.

—¿Sabes su edad? —preguntó.

Intentó recordarlo bien, quiso olvidar cuántos años perdió al lado de su verdadera familia.

—Debe tener trece o quince años —ella quitó tres de las carpetas y dejo una exactamente.

Sus dedos hojearon de poco en poco, detenía los ojos en la foto y el nombre, luego seguía avanzando. La calma de su trabajo producía ensoñación y ansiedad por sus venas, el tiempo se volvió eterno. 

𝐗-𝐁𝐎𝐘; MUTANTE | Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora