One Shots ;; Harry Potter world

21. Regulus Black

Ella sabia que el la miraba, sentía la pesadez de su mirada en su espalda, pero ya no tenía el mínimo interés de voltear a verle.

Hacía ya un par de días que el la seguía constantemente a cualquier lado y más si se encontraba con aquel joven, ella no lo comprendía en absoluto, el había dejado en claro que no quería nada con ella y como era de esperarse lo comprendió y se lo tomó de buena manera, no le gustaba armar alboroto, por lo que decido alejarse y en el proceso congenió de maravilla con el menor de los Black, a quien conocía con anterioridad más no se habían relacionado en absoluto, pero al estar desolada y algo deprimida, encontró el consuelo en el dulce chico.

-¡No lo soporto más!, iré ahora mismo a hablar con el- refunfuñó el joven de cabellos casi tan negros como la misma oscuridad.

-Regulus no hay necesidad, sólo ignóralo- murmuró la joven mientras posaba su mano derecha sobre la del joven que posaba en el escritorio de madera.

-Es que esto no puede seguir así Camille, ya sobrepaso todos los límites- dijo mirándola a los ojos. -¿Estas segura que no quieres que hable con el?- pregunto posando su mano libre sobre la de ella.

-Estoy completamente segura Regulus, gracias por preocuparte- dijo brindándole una cálida sonrisa al menor, en intentos de calmarlo.

-De acuerdo, no insistiré más- concluyó no muy convencido el joven mientras retomaba su compostura.

-Antes de que comiences con tu lectura, ¿me podrías traer un par de libros? Es que están algo lejos y me quitaría el poco tiempo que tengo para hacer los deberes que me quedan- pregunto esperanzada la rubia mientras le extendía un pequeño pedazo de papel.

-Claro, enseguida vuelvo- respondió el pelinegro mientras tomaba el papel y se ponía de pie.

-Gracias- murmuró la joven al verlo perderse entre las estanterías, y sin perder mucho tiempo retomó su escritura, la cual había sido interrumpida por la pequeña charla que había tenido con el menor de los Black.

Tan concentrada en sus apuntes estaba, que no se  percató del joven castaño que había tomado asiento a su lado, pero al escuchar el carraspeo miro hacia el.

-Hey- le saludó el joven, pero ella no se inmutó y regresó su vista a sus apuntes -Te he saludado Camille, no seas descortés- reclamo el joven con su ceño fruncido.

-¿Que es lo que necesitas Potter?- pregunto la joven exhausta por la situación.

Ella dejó su pluma en el tarro de tinta y giro ligeramente su cuerpo hacia el.

-¿Que es lo que ocurre entre Regulus y tú?- pregunto en casi un murmuró y soltando con asco el nombre del menor.

-No es por ser grosera, pero no es de tu incumbencia Potter- respondió volteando su mirada hacia el asiento ahora vacío del nombrado.

-Esto es ridículo, estás saliendo con un niñato- soltó enojado sin separar su vista de ella -No entiendo que le ves, yo soy mucho mejor que el-

-El no tiene porque agradarte a ti, con que a mi me guste es suficiente- dijo con su ceño fruncido y regresando su vista hacia el notando que estaban más cerca de lo común, por lo que se apartó moviendo su silla un poco más atrás.

-Sabemos que al que amas es a mi, se que cometí un error pero no por eso te irás con el primer payaso que mires- soltó sin pudo alguno el castaño mientras intentaba tomar la mano de la rubia.

-Eres un completo idiota- dijo levantándose bruscamente de su asiento -No puedo creer que esas horrendas palabras hayan salido de tu boca, Regulus no es ningún payaso, el es la persona más dulce y considerada que he conocido en mucho tiempo, y no es ningún niñato como dices, el ha demostrado ser muchísimo más un hombre de lo que tú lograras ser- concluyó tomando sus cosas y las del joven con apuro.

Potter estaba por responder a las acusaciones de la rubia pero se vio interrumpido por una tercera persona.

-Camille cariño no logré encontrar todos los libros que me has pedido, así que te he traído estos primero- informó el recién llegado, quien al ver a su acompañante de pie y molesta, acompañada del joven que lo estaba haciendo perder las casillas, frunció notablemente el ceño.

-Vámonos de aquí reg- le pido la joven colgando en su hombro la mochila que ambos traían, para después tomar la mano del pelinegro, quien seguía algo confundido ante la desconocida situación.

-¿Que es lo que ocurre?- se atrevió a preguntar el joven mientras caminaba junto a ella.

-Nada, solo personas sin importancia alguna- concluyó mientras lo miraba con una media sonrisa.

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