Mis realidades

Capitulo 1. Desorientada.

Está todo muy silencioso, aún tengo mis ojos cerrados, mi respiración agitada es lo único que logro escuchar, y lo único que logro sentir es mi cuerpo tembloroso que se encuentra en el suelo. Al parecer hay algo líquido debajo de mí, creo que es agua, espero que sea agua, es como un charco, y está muy helado, mi cabeza me da vueltas. Mis párpados se sienten pesados, tengo miedo de abrirlos. Siento que estoy flotando y girando como una pluma que cae levemente y se mueve con la ayuda del aire, pero al mismo tiempo sé que no estoy cayendo de ningún lado.

-Mierda, ¿por qué me arde tanto? - me quejé llevándome la mano hacia mi frente, me arde de una manera que jamás había experimentado.

Este ardor es como si tuviese alergia y me hubiese rascado durante tres días seguidos, o como si me hubiese salpicado aceite hirviendo y ahora posara una quemadura enorme en mi frente, esa es la sensación que me da, pero me toco y no tengo nada, ni un salpullido, ni una cortada o algún rastro de una quemadura, nada. Abrí mis ojos a pesar del miedo que tenía y me senté un momento en el charco frio de agua, el sonido que hizo el agua cuando mi cuerpo se movió me hizo soltar un pequeño grito ahogado llevándome ambas manos al pecho, de ahí comencé a bajar mis manos por todo mi cuerpo para saber que ropa utilizaba. Noté que estaba descalza, el agua pasaba a través de mis dedos de los pies y de las manos, y no necesité mucha luz como para poder darme cuenta de que traigo el mismo pijama que usé la noche anterior. Mi pijama favorito.

-Que sueño tan extraño - dije.

Decidí comenzar a caminar tratando de buscar algún tipo de salida, y lo más extraño es esta sensación de que todo está pasando en realidad, no siento que sea un sueño, es decir, en los sueños que he tenido durante toda mi vida este es el primero en el que logro sentir el clima, está algo frío y mi piel se eriza, además percibo un aroma a coco, es mi aroma favorito, huele exactamente igual que la vela de mi cuarto, ese aroma familiar me hace sentir un poco más como en casa, pero eso no quita que es desesperante no observar con claridad, eso es lo que más me inquieta, me hace sentir vulnerable al estar en un lugar completamente desconocido, pero es imposible que no sea un sueño, así que supongo que no hay nada de que temer.

-¿Dónde estoy? - pregunté a aquel lugar aparentemente vacío cuando noté esa sensación de desorientación mientras me tambaleaba de un lado a otro.

Hay pequeños lugares con algunos destellos de luz, eso me alegra ya que me aterra la oscuridad total. Algo que no me alegra tanto es que no encontré nada a lo cual aferrarme para mantenerme de pie, así que solo traté de calmarme y controlar mi respiración, pero me resultó casi imposible ya que todo se sentía diferente, sentía que estaba dentro de otro cuerpo, caminar era diferente para mí, hasta el respirar dentro de él era como algo nuevo, me acerqué a uno de los destellos de luz que había por ahí para poder revisarme, observé mis manos y eran completamente distintas a las mías, no eran desagradables, solo eran diferentes, mis pies son diferentes también, bueno al menos lo que logro ver con esta poca luz.

Giré la cabeza hacia arriba para buscar de donde provenía, pero no hay nada ¿entonces de donde sale esa luz?

Un momento, si mis pies y mis manos son diferentes... ¿Cómo será mi cara?
Comencé a tocar cada parte de mi rostro tratando de que mi tacto me confirmara si luzco como siempre, pasé mis dedos sobre mis párpados, mi nariz, mis labios, mis oídos, mis cejas, incluso mi cabello, pero fue inútil, creo que no le presto tanta atención a memorizar como es que se siente cada parte de mi rostro, aunque definitivamente hay algo muy distinto en mí, mi abdomen es completamente plano y marcado pero ahora tengo una cintura más pequeña.

-¡Ja! - reí - al menos aquí si hago el ejercicio que debería, y vaya que dio resultados, ¡mira este cuerpo! - dije al aire mientras reía porque tenía el cuerpo que siempre había querido, estaba comenzando a normalizar mi respiración, el ardor de mi frente ya casi desaparecía, pero todo empeoró cuando escuché unos pasos a lo lejos en el agua, tengo compañía.