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—No, espera, una vez más.

—¿Una más? ¿Estás seguro?

—Sí. Sí, vamos, por favor, la última. Puedo hacerlo.

Taehyung asintió, reculando el paso hacia delante que había dado para volver a salir del tamiz.

—Vale. —dijo, mirándose el reloj de muñeca. —A la de tres. Una, dos...

Pero Jungkook ya había comenzado a correr. A mitad de pista saltó, giró en el aire y trató de hacer el y que llevaba intentando toda la tarde.

Al igual que las últimas treinta veces, el impulso no fue suficiente, dejó de girar a medio camino y aterrizó sin terminar la acrobacia.

Joder.

—Oye, si quiero que empieces a la de dos, te digo a la dos, ¿sabes?

Él gruñó una respuesta, sin girarse a mirar a Taehyung.

—Mírame. —exigió el hombre. Jungkook se negaba a hacerlo, su cabeza demasiado centrada en la acrobacia. ¿Qué estaba haciendo mal? Normalmente siempre lograba el impulso necesario para sus saltos. Tenía unas piernas grandes, una gran ventaja. Ese movimiento en particular era de los más sencillos pero, desde que se había propuesto duplicar el giro al principio de la semana, ni siquiera era capaz de hacer el básico. Era como si el saber que debía hacer el doble le impidiera hacer incluso lo que sabía que podía. ¿Por qué...? —Jungkook, mírame.

Jungkook se volvió hacia él, resoplando con impaciencia, y Taehyung pareció tragarse lo que fuera que iba a decir para regañarle porque, en su lugar, apretó los labios y se acercó a él.

—Lo estás degenerando. —dijo, un poco más suave. —Esta vez te ha salido peor que la última.

—Ya lo sé.

—Tienes que pegar más los brazos al cuerpo. Estás girando a trozos y sólo puedes usar la potencia del salto una vez. Por eso no funciona.

—No es tan fácil.

—Lo sé. —Tamborileando en el suelo con el pie, Taehyung bajó la mirada durante un momento, pensativo. Luego, como si se le hubiera encendido la bombilla, la clavó en él de pronto y preguntó: —¿Has probado a hacerlo con música?

Jungkook vaciló.

—¿Como las chicas? —inquirió, viendo cómo el hombre asentía incluso antes de que terminara la frase.

—Sí, como las chicas. Aunque ellas sean las únicas que la usan en competiciones practicar con ella puede ayudarte. A mí me ayudaba. Colócate, vamos a intentarlo.

—Pero...

—Pero nada. —Taehyung salió del tamiz y se dirigió a la sala que controlaba la megafonía del polideportivo, sin permitirle replicar. Jungkook se quedó de pie en el medio de la pista, sintiéndose un poco incómodo ante la idea de bailar delante de los otros dos gimnastas que estaban entrenando en el lugar. Se mordisqueó el labio, inquieto, preguntándose cómo demonios iba a ayudarle la música a saltar mejor.

Sin embargo, era Taehyung. Si no le hacía caso, discutirían y no llegarían a ninguna parte.

Y además... Nunca lo admitiría en voz alta, pero él solía tener razón. Al menos en lo relacionado al deporte.

—¡Jungkook! —le escuchó gritar desde el interior de la sala. —¡¿Has estado alguna vez en clases de baile?!

¿Era en serio?

Jungkook miró a su alrededor, nervioso, pero los dos gimnastas no parecían estar prestándole atención.

—Sí. —respondió, intentando que se mantuvieran así.

Olympic - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora