Y luego de esa "discusión", las cosas se volvieron distante entre Atlas y yo.
Él empezó a evitarme, y apenas dirigirme la palabra, o la mirada. Solo lo hacia cuando era extremadamente necesario, ya sea porque quería enseñarme, o corregirme algo, mientras entrenábamos. Luego de eso, finalizaba la clase anunciando "Es todo por hoy", y se desaparecía todo el día, hasta la cena. En la cuál se mantenía en silencio, y una vez que terminaba de comer, se paraba y se marchaba tan solo diciendo "Buen provecho."
Yo sigo sin creerme todo esto, y sigo preguntandome que fue lo que le sucedió para cambiar tan abruptamente su actitud. Se volvió frío, distante y callado. Una versión completamente opuesta al muchacho que conocí en las semanas que llevaba con nosotros, y que enseguida se adentro en mi vida.
Ahora todo el tiempo parece molesto. Y me gustaría saber con quién. Incluso me plantee acercarme a él, y preguntarle si lo que le fastidiaba tanto es que yo supiera algo tan intimo como lo que me contó, solo para asegurarle que no pensaba mencionarlo, ni volver a hablar del tema, que al fin y al cabo no era asunto mío, sino de él y su familia. Pero desistí de esa idea.
Elegí preservar la poca estabilidad que estaba consiguiendo. Como así también el no meterme en asuntos que no me competen. Ya lo dijo Atlas, solo estamos jugando el uno con el otro. No tengo porque llevarlo más allá.
¿Él quería que las cosas sean así a partir de ahora? Bien.
No voy a negar que al principio me costo. Una parte de mi extrañaba su presencia, su sonrisa arrogante y sus comentarios que siempre conseguían que se me escapara una risa. Y claro, el sexo.
Sin embargo me di cuenta que es mejor de ese modo. A la larga me evito volver a sentir de más por alguien que no está en la misma página que yo. Siempre termino siendo el que le queda el corazón destrozado, al punto de que ya no sirve más.
No volveré a pasar por algo como eso.
Tomé la mejor decisión. Me enfoque en mi.
Le di uso a todo lo que compro Viktor y comencé con la pintura, en mis tiempos libres. Mis cuadros no son dignos de colgarlos en alguna pared, pero al menos consigo distenderme un poco de lo que me rodea. Por unas horas no importan mis problemas del pasado, ni los mambos de Altas con sus fantasmas, o ese tira y aflora de poder que es tan constante en mi trabajo en el clan.
Pase toda una tarde limpiando el polvo de mis discos de vinilo. Y volví a encontrar el refugio en la música, recordando que tiene el poder de curar casi todo.
También enfoque mis nuevas energías en renovar el club. Le cambié toda esa imagen oscura y sombría que llevaba, por algo más moderno y con vida. Y como incluso decidí cambiarle el nombre, Milo sugirió organizar una fiesta de reinauguración, a lo que todos coincidieron que era buena idea. Aunque estoy seguro que solo querían una excusa para volver a embriagarse. Esa sola idea me convenció para aceptar. Nada se compara a verlos hacer el ridículo.
Extraño al maldito Mushu, y su facilidad para hacerme reír. Pero lo superaré, como siempre consigo hacerlo con todo, a la larga...
- Anda... - insiste mi hermano por vez un millón, mientras me ayuda a cargar unas cajas al deposito del club.
Está noche es la nueva apertura, así que estamos terminando de ultimar todo para que este listo antes de abrir.
- Enserio lograras cabrearme si no paras con el tema. - sentencio con voz firme.
- ¿Sigues insistiendo para que haya uno de esos listones que cortar con esas enormes tijeras? - inquiere Dexter, también entrando con una enorme caja entre sus brazos.
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El legado de la Mafia (Mafia Marshall V)
Romance*SPOILERS "HIJO DE LA MAFIA"* Izan Marshall ha tocado fondo, luego de perder aquello que más quería. Con el corazón roto y desmotivado cree que nada más volverá a producirle alguna clase de emoción, hasta que entra en su vida Atlas Hyun, el heredero...