⋆·˚𝒜𝒸𝓉𝑜 𝒹𝑒 𝒜𝓂𝑜𝓇 【 𝘉𝘰𝘬𝘶𝘵𝘰 𝘹 𝘖𝘤】

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—¡Te vas a caer si corres tan rápido! —dijo hastiado, pero el otro no lo escuchó, Akashi suspiró pesadamente al perderlo de su rango de visión

La práctica había terminado y ahora eran libres, Bokuto no perdía el tiempo y se iba apresuradamente hacia al otro lado de la escuela.

Su rapidez para desplazarse era casi inhumana; mismos que lo delataban como el capitán del equipo, pero eso no importa aquí.

No muy lejos, la de cabellos castaños terminaba de anotar unos cálculos en su cuaderno, las fuertes pisadas resonaban por el pasillo, señal de que la paz estaba llegando a su fin.

La puerta se abrió de golpe mostrando a un albino con una enorme sonrisa que la otra correspondió, la saludó mientras cerraba la puerta detrás de él y tomaba asiento.

Ya estaba acostumbrada, ella solo seguía revolviendo los líquidos mientras el otro tomaba agua.

—¿Tenemos avances?

—¿Tenemos? —preguntó burlona, el chico y apenas podía pasar las otras materias que no tuvieran que ver con el deporte.

Bokuto estaba demasiado centrado en ver los líquidos de diferentes colores, parecía un niño en un acuario.

—¿Si los combino explota la escuela? — Ella soltó una suave carcajada, el chico marcaba un antes y un después en el ambiente, como hacía todas las tardes después de clases.

Ambos se conocían desde años, pero tenían intereses diferentes como cualquier persona, aún así, no perdieron contacto y mientras la de ojos verdes escribía en el pizarrón el otro simplemente la observaba...o se quedaba dormido.

Midori le había insistido en que no le esperara, que simplemente descansara en su casa después del entrenamiento pero todos los que conocían a Bokuto sabían de su terquedad.

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Entre risas y bromas pasaron las horas, ahora el dúo caminaba tranquilamente apreciando las últimas horas de la tarde.

—Entonces yo hice ¡Bum! Y después ¡Zas! —Éste se movía de un lado a otro, agitando sus brazos tratando de explicar los lanzamientos de sus prácticas.

La joven solo lo observaba, no existía persona en la tierra que pudiera entenderle, en todos los años que lleva conociéndolo Bokuto no había cambiado nada, al menos no mentalmente.

El chico seguía en su extraña explicación hasta que escuchó un quejido a sus espaldas, al voltear se encontró con una mirada triste, lentamente bajó su vista hasta ver el causante de ello.

Éste comenzó a reír mientras la castaña buscaba una manera de limpiar la caca de perro que había pisado.

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—Solo a mi me pasan estas cosas —susurró desmotivada—¿¡Por qué no me contradices!? —Golpeó suavemente la espalda del otro ante su silencio, al observarlo notó cómo éste luchaba para aguantarse la risa.

—Te odio

—Esas cosas pasan, yo he superado cosas peores

—Gracias por ayudarme —dijo luego de un rato, entrelazando los brazos alrededor de su cuello, desde que había pasado el "accidente" él se ofreció a llevarla en su espalda, cosa que ella no pudo negar.

Un extraño silencio reinó entre ambos, era raro imaginar a Bokuto tan callado, pero Midori estaba tan concentrada lamentándose por tener que lavar su zapato como para notarlo.