Y aquí está la quinta parte de esta historia.
Espero que os guste :3.......................
El cantar de los pájaros lo despertaron. Abría los ojos lentamente debido a la luz del sol que había entrado en la habitación iluminando cada rincón de ésta. Consiguió por fin abrir los ojos encontrándose con el blanco techo del hospital.
Intentó recordar qué había soñado puesto que siempre se sueña con algo aunque nada más despertarte no te acuerdes de nada como era el caso de Luffy. El pobre desde que despertó en el hospital no conseguía acordarse de sus sueños y sumando la amnesia que tiene, está viviendo en la confusión.
Se quitó las sábanas de encima para ir al baño pero incluso no recordaba que tenía una pierna escayolada y dejó caer su cuerpo sobre la cama. Era demasiado con no recordar nada como para no poder moverte libremente. Tuvo que llamar a Conis, la enfermera, para que lo ayudase. Después le trajeron el desayuno y aún acabándolo todo, quiso repetir.
Apenas eran las 10 de la mañana y se aburría mucho, ni Ace ni Sabo habían ido. Tampoco podía salir al jardín ya que solo no podía.
La puerta se abrió con fuerza y una esbelta mujer pelinegra entró a la habitación.
-¡Luffy! - exclamó la mujer acercándose más a él -¿ Cómo dormiste? ¿Y tu pie, cómo sigue?
-H-hola Boa-san. Bien, a las dos preguntas - respondió el pelinegro
-Y...- Boa Hancock se llevó ambas manos a la cara para cubrir su sonrojo - ¿Te alegras de verme?
Luffy sonrió -Sí
Hancock se abalanzó sobre el pequeño estrujándolo contra su voluptuoso pecho
-No, no puedo respirar Boa-san
-¡Ah! Lo siento, Luffy- lo liberó de sus brazos -Pero Luffy, no necesitas ser tan formal conmigo. Puedes llamarme sólo Hancock.
-Está bien, Hancock.
-¡Ooh!- la bella mujer estaba cayendo al suelo, su pecho iba a estallar. Recordó que a Luffy le tomó tres meses aprenderse correctamente su nombre, sin embargo, a la primera lo pronunció tal y como es. Pero volviendo en sí, sentía su cuerpo caer pero fue sujetada.
-Ten más cuidado. Serías una paciente problemática si tuviésemos que internarte aquí, Hancock- dijo el nombre de la chica con un tono de burla
-Suéltame. Ni creas que te daré las gracias por evitar mi caída. Y es Emperatriz Boa Hancock para ti- le respondió soltándose de su agarre con brusquedad
-Sí, sí. Lo que diga ,Hancock - le dijo para callar a la mujer
-Maldito- ella no aguantaba las ganas de golpear a ese medicucho que impedía su romance con su amado Luffy
-Bien, la hora de visita ha finalizado- Law cogió de la muñeca a Boa Hancock y la llevaba a rastras fuera de la habitación.
-Tú no decides eso- dijo con tono amenazante
-Sí que puedo- y cerró la puerta en la narices de la pelinegra
El silencio reinó la sala en la que se encontraban. Law no recordaba a qué había ido y no entendía por qué esa mujer lo irritaba tanto. Y en ese momento no sabía que decir ni qué explicación darle a su paciente por echar a su visitante.
"¿Y por qué tengo que darle explicaciones? Tch" Law se masajeó las sienes
-Trafalgar-san, ¿se encuentra bien? -la voz de Luffy lo sacó de sus pensamientos