Her Only Smile

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Todas las historias tienen un inicio, algunas comienzan con un simple hola, otras, con una nota en la taquilla errónea incluso diciendo que huele a pollo frito. Nuestra historia no comenzó con nada de eso sino con un...

¿Me podrías presentar un lápiz?

Levante la vista y la vi, una chica de cabello rojo un tanto cobrizo casi naranja, unos ojos azules y la sonrisa más grande que vi nunca.
Me parecía irónico como siendo el primer día de clases está tan feliz y peor a eso, no traía un lápiz.

Helena, soy Helena. — sonrió un poco más dejando ver sus dientes y acordándose un mechón rebelde de cabello.

— Emm, entonces…

En ese momento recuerdo el porqué de haberme hablado y le extiendo el lápiz que tenía en mi mano.

— Gracias, pero aún no me has dicho tu nombre.

Siento como sube el color rojo a mi rostro y de manera torpe le digo mi nombre.

— Aroha, pero la mayoría me dice Roha.

— Bueno un gusto Roha— se despide acomodándose en su pupitre. Que por cierto está a un lado del mió.

Las clases siguieron con normalidad, pero no podía evitar verla de reojo, siempre con una sonrisa, tomando nota hasta de lo menos imprescindible, y desde ese momento lo tuve claro, no encontraría ninguna otra sonrisa como la suya.





[...]






Habían pasado ya tres meses desde que Helena me había pedido ese lápiz, (nunca lo devolvió, pero eso no era importante). Helena se convirtió en la chica más “popular” y como no serlo siendo la presidenta de clase y de las más extrovertidas. Se encargo de hacerse amiga de todos ya que no quería que ninguno se sintiese solo.

Los trabajos de equipo eran un completo desastre ya que todos querían trabajar con ella, claro eso garantizaba una buena nota, como era de esperarse ella no solo era conocida en su clase sino también en algunas otras y en una de ellas se encontraba su mejor amiga, Isis.


Helena me contaba las cosas que solían hacer cuando eran mas pequeñas, se conocen desde que tenían cinco años, algunas veces llegue a hablar con ella, pero socializar nunca ha sido lo mío así que no se mucho de su vida y del tipo de persona que es.

No hizo falta mucho tiempo para saber que sentía algo mas que una amistad con helena, pero vamos, era simplemente perfecta ante mis ojos, es de las personas que transmiten todo sin falta de usar palabras, su simple sonrisa alegraba el día de quien fuera, siempre amable, siempre ella.


Tenia tantas ganas de decirle todo lo que pensaba y como me sentía cuando estaba conmigo, pero algo en mi sabia que ella no correspondía y se que esta mal asumir la sexualidad de las personas, mas sin embargo no demostraba tener un interés amoroso con alguien, así que solo tenia dos opciones, decirle y jugármela o vivir con la incertidumbre de lo que puedo haber pasado.


Y solo porque de verdad odiaba acobardarme (y las típicas historias de “a mí también me gustabas”) preparé la única forma en la que sería capaz de expresar mis sentimientos, una canción de su artista favorita.


Prepare una nota y de verdad que intente hacer la mejor letra posible, debía aceptarlo mi letra no era precisamente bonita y estética, sino como la de un niño que esta aprendiendo a tomar el lápiz correctamente.


Era el último día de clases, las vacaciones de víspera navideña empezaban y eso era perfecto ya que si Helena me rechazaba
— que sería lo más probable— no tendría que verla por lo menos unas semanas.


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⏰ Última actualización: Aug 10, 2022 ⏰

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