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22:13, Yokohama, Japón.

Los vehículos en la carretera aún circulan con rapidez. Muchas personas salían de sus trabajos y regresaban a casa a esas horas de la noche.

Vampiros y humanos no se llevaban bien bajo ningún concepto. Los humanos eran quienes mataban y destruían a la Raza vampirezca para evitar ser mordidos y convertidos en uno de ellos, cosa que era sólo un mito. Un vampiro no puede convertir a un humano en vampiro con una mordida. En realidad, no puede convertirlo de ningún modo. Se nace siendo vampiro, y los vampiros tienen una manera de morir: una manera que muchos desconocen hasta entonces.

Atsushi había sido víctima de abusos múltiples de parte de vampiros Alfas. Lo habían tenido encerrado en una mansión desde antes del nacimiento de Ryū.

Finalmente... Una explosión con sustancias extrañas que desconocía, mató a todos esos malos vampiros y él sobrevivió.

Sólo él y el menor pelinegro que dormía entre sábanas a su lado, en la calle, recargados en la pared de una construcción.

El frío empezaba a sentirse. Atsushi temblaba mucho, pero no tenía dinero para comprarse algo que lo hiciera sentir más calientito, ni mucho menos un hogar donde ir.

"El frío es horrible en este momento, pero al menos esos vampiros están muertos y yo no estoy encerrado...".

Pensó. Volteó a ver a Ryū, y lo cubrió mejor con la sábana, tapando parte de su cara rojiza por el frío. Ryūnosuke despertó, abrió sus ojos aún soñoliento y sonrió.

— Mamá... ¿Tienes frío, verdad? Cúbrete conmigo. Es grande para los dos.

Ofreció tierno, convidando parte de la sábana al albino, quien sonrió tierno.

— No, Ryū. No tengo frío, cúbrete tú.

Mintió.

— No. Tienes que cubrirte también. No quiero que mueras de frío y me dejes solo...

Finalmente Atsushi accedió, pero tomando la menor parte de la sábana.

22:30. Estaba por quedarse dormido, cuando sintió que alguien pateó una de las piernas de Ryū. Se levantó de inmediato.

— ¿Q-Quién eres y por qué lastimas al niño?

El mayor sonrió, y sujetó del cuello de la camiseta a Atsushi, levantándolo con su fuerza exagerada.

— Soy un exterminador de vampiros, y aquí huele a vampiros. ¿Ustedes dos son unos vampiros, no es cierto?

Ryū dormía, por lo que no presenciaba nada sobre el ataque. El albino no podía usar sus poderes de vampiro para no ser descubierto, debía seguir fingiendo. Iba a recibir un golpe de parte del mal humano, cuando alguien disparó al hombre por detrás y lo hizo caer al suelo.

— P-Pero....

— ¿Te hizo algo ese maldito luchador?

Preguntó una voz desconocida. Era un hombre joven, un humano, que se acercaba con buenas intenciones.

— Nada... Quería matarme a mí y al niño pero...

— Tranquilo. No sé si eres realmente o no un vampiro, pero ¿Vives aquí? ¿En la calle?

— S-Sí... Mañana buscaremos un hogar donde quedarnos. ¿También... quieres matarnos?

Ranpo rió divertido durante segundos. Veía inocencia en las palabras del albino y no podía evitar que le causara gracia.

— Por supuesto que no. Yo no soy un asesino. Soy un detective. Ranpo Edogawa, mucho gusto. ¿Ustedes?

— Atsushi...y Ryūnosuke... Nakajima

RANPO ADOPTA A UNA FAMILIA VAMPIRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora