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Todo esto ya lo sabes, pero no te quería dejar sin una explicación.
Fuiste lo mejor de mi vida, ninguna otra persona me dió la mínima fuerza para seguir viviendo como me la diste tú.

Eras esa luz que llegaba a mi oscuridad y me podía sacar a pasear por un momento de mi mismo.
Recuerdo cuando te conocí, ese momento tan especial en el que no sabía que serías la persona que me mantendría en vida por más tiempo.

Nunca pedí tu ayuda, pero tú me la regalaste. Y no creas que solo te amo por ser como una salvación para mí, si no por la persona que eres, la mejor del mundo.

Incluso tenías tus propios problemas, pero dejabas todo atrás y me arrepiento de no haberte ayudado tanto como lo hiciste conmigo.

Las personas decían que me entendían.
Las personas decían que sabían lo que me pasaba.
Las personas preguntaban por qué o intentaba responderlo ellos mismos.
Y me hundía en coraje, porque no, nadie me podía entender, nadie sabía lo que me pasaba.
No tenían ni una maldita idea de cómo me sentía porque ni yo mismo lo sabía bien.

Tú fuiste esa persona que necesitaba:

el chico que no me decía que me entendía;

que no decía que sabía cómo me sentía;

que nunca pidió una 'explicación' más de la que yo daba;

que nunca intentó dar una razón equivoca a mis sentimientos y situaciones;

que no menospreciaba mis pesares;

que valoraba mis palabras;

que escuchaba y no interrumpía;

que preguntaba cómo me sentía, no por ser cordial, sino porque en serio te preocupaba.

Un día que llegaste de visita, subiste a mi habitación, me viste ahí, destruido, herido y con la cabeza echa un mar de dolor, coraje y confusión. Entraste y pusiste seguro a la puerta, cerraste la ventana y te acercaste a mi, en la esquina del cuarto, sentado en el piso, con mi cabeza entre las piernas, llorando y preguntandome '¿por qué, por qué?'.
Entonces te pusiste junto a mí y me abrazaste, de esa forma que solo tú lo sabes hacer, dijiste que sacara todo, no sé cómo lo hacías, pero lograbas tranquilizarme y entonces decías esas cosas tan hermosas de mi que siempre se me hacía difícil creerlas ya que en realidad nunca las acepté completamente.

Tú sabías dar esos abrazos que reconfortan, sabías que aunque yo no lo dijera, te necesitaba, a tí, tus brazos, tus labios, tu amor.
Sabías cuánto sufría y cuando por dentro gritaba por ayuda.

Fuiste el mejor novio que pude tener y por primera vez la vida había hecho algo bueno por mí: ponerte en mi camino, como un ángel, no, eres un ángel.

Nadie me insistía para saber lo que me pasaba, tal vez no lo soltaba a la primera, pero necesitaba que alguien insistiera y de verdad quisiera saberlo, porque yo no podía decirlo, ¿a quién le importaría? Y solo tú insistías, pero respetabas mis tiempos y palabras.
Entonces empezaba a tener mi voz rota, la que se tiene antes de empezar a llorar, me odiaba tanto por hacerte eso y que el mundo pensara que solo me victimizaba, las jodidas personas no sabían nada, solo tú estabas a mi lado sin esperar algo a cambio.

Pero extrañaba esa sensación de vivir, de sentir que en realidad estaba vivo, de estar feliz y creeme que contigo podía sentir eso, pero cuando te tenías que ir, nuevamente ya no quedaba nada ni nadie. Gracias a tí pude volver a sentir cosas diferentes, como felicidad cuando estaba contigo; ternura al ver tus expresiones; enamoramiento al ver tu belleza y hermosa personalidad; miedo de perder a alguien, a tí; miedo de morir y aunque eso era lo que deseaba, la idea de no poder estar más contigo me aterraba; tristeza cuando llegabas con tus ojos apagados o cuando me reprochaba tener un chico tan maravilloso como tú al lado de alguien tan horrendo cómo yo y no con alguien igual de genial a tu lado; desesperación de no poder hacer mejores cosas por ti, de no poder bajar la luna a tus pies como te lo merecías, incluso eso era poco.

Hacías cosas por mi que podían parecer insignificantes, pero que me salvaban de cosas y pensamientos horrendos, que incluso por más mínimas que fueran, pudieron haber salvado a cualquier otra persona como yo.
Pero viniendo de tí, ninguna cosa o acción era insignificante, todo era tan valioso y hermoso como tú.

Ya no sabía cómo era eso de querer vivir, de disfrutar de la vida o incluso sentirse bien, ya había olvidado como era yo antes, cuando podía sonreír y seguir avanzando a lo que alguna vez soñé. Sabía que ya no era yo, sino lo que siempre tuve miedo de ser, pero que justo así terminé.

Hay tantas cosas que provocan en mi todo este oscuro pozo, mi cuerpo, mi personalidad, que las personas que alguna vez me lastimaron me sigan jodiendo pero sin estar aquí, los sueños que tuve pero que nunca voy a poder cumplir, y muchas cosas más, algunas que ni siquiera entiendo.
Era tan difícil fingir que todo iba bien, regresar de la escuela fingiendo un buen estado, cuando toda la presión que te regala la escuela, solo ayudaba a aumentar mi estado ansioso. Teniendo pésimas calificaciones y que sabía que era mi culpa, pero a la vez me sentía incapaz de hacer algo más allá de lo básico para apenas y aprobar.

Esto no es tu culpa, me odiaría más si por mi tuvieras ese sentimiento, porque está es mi decisión y responsabilidad, tú solo debes pensar que ahora voy a poder estar más tranquilo, tal vez pueda encontrar la paz que busco, pero recuerda que siempre estaré esperando por ti en cualquier lugar que sea que exista.

Pero mientras llegue el día que nos volvamos a ver vive tu vida, se feliz, vive tus momentos malos pero siempre levántate de ellos porque se que tú tienes la valentía y fuerza que a mí me faltaron, disfruta y experimenta todo lo que quieras, hazlo por mi. Todo sientelo y disfrutalo al doble, como si yo estuviera ahí y te juro que así será, siempre estaré a tu lado y escuchandote cuando quieras, así como lo hacías conmigo.

Deseo con todo mi corazón que encuentres otra persona que te merezcas, espero que esa persona sí te pueda dar el cien por ciento de si y te pueda hacer tan feliz como yo hubiera querido. Conoce muchas nuevas personas y haz muchos amigos, sé que todo el mundo te querrá, ¡pero nadie como yo te amo eh!

Eres la persona más dulce e increíble que conocí en toda mi vida, siempre fuiste una esperanza para mí y una razón para despertar. Perdón por no ser suficiente, te juro que di todo de mi, pero desafortunadamente los demonios de mi cabeza ganaron en esta ocasión.

Perdón y gracias por todo.
Te amo mucho, como a nadie, como no te imaginas, de aquí al infinito.

Vive y hazme vivir en tu corazón.
Por siempre, Yang Jungwon...

Con dolor y coraje, pero mucho más
amor, Park Jongseong.

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Ale.

It's not goodbye. JaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora