Cool (Australia Pt5)

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El "salón de fiestas" como lo llamó Shawn, no era un simple salón sino que también abarcaba una terraza con un jacuzzi cerca de la zona del DJ. Había luces de colores y algunas plantas que le daban un toque extra a toda la ambientación, sin hablar de la brisa nocturna que apaciguaba el inmenso calor permanente del día.

A pesar de todo, el lugar se recorría en menos de veinte minutos. Era grande pero no un laberinto, como la casa de Scarlett. No la había visto al instante de llegar, lo mismo con Diana y Claudia. Quizá no vinieron, si las cosas no se hubieran ido al traste podríamos estar viendo una película o sencillamente encerradas en la habitación de una comiendo comida porquería.

Pero no era así, mis amigas no estaban y no tenía tanto tiempo con los amigos de Shawn cómo para sentirme plenamente en confianza cerca suyo. Aún así, fueron agradables a cada instante, o hasta que hubieron tantas faldas cerca que fui empujada a un lado.

No me molesté, en parte, Roth y Shawn no se hallaban cómodos como Stefan, Edrian y claramente, el coqueto de Azael.

Fui a por una bebida, la garganta me molestaba. Había hablado bastante con Shawn hasta que tuvimos que separarnos para mantener las apariencias, Roth me susurró un: ¿Quieres otra marca en el otro brazo? Deja de reírte tanto, ridícula.

Le di una cantidad grande de vueltas a mi refresco, y checaba mi teléfono a cada minuto. Mientras más tiempo me quedase, menos posibilidades de sentirme mal por huir, tendría.

Mi objetivo era hablar con Edrian, pero llegó tarde. Un saludo con un beso en el cachete fue todo lo que compartimos porque fue a hablar con Azael y Stefan mientras yo me enredaba en una conversación fluida con Shawn

Es tu culpa, tonta. No tendrás su atención siempre que te apetezca.

Vale, entendido.

— ¿Jodusa en una fiesta?—me permiti una sonrisa ligera.

—¿Dónde está Angie?—no encontraba rastro de ella por ningún lado.

—No vino hoy, necesita sus ocho horas de sueño reparador para mañana—ubicó su trasero a mi lado, pidiendo un refresco idéntico al mío.

—¿No vas a beber?

—Se lo prometí a Angie—contestó con simpleza aceptando su bebida.

— ¿Desde cuándo cumples tus promesas?

—¿Desde cuándo estás molesta? ¿Hice algo, Jodusa?

Iba a responderle pero vi, detrás suyo, como una chica se sentaba sobre las piernas de Edrian. Busqué en mi interior, y sí.

Hubo una pequeña presión en mi pecho.

Sí, pero no tenía por qué haberla. Edrian y yo no teníamos nada, solo besos de por medio. Justo como con Isaac, con la diferencia de que no esperaba gran cosa del hermano menor de Shawn. Pero Edrian... Claro que había que hablar con él.

Pero no exactamente en ese momento, porque estaba ocupado y yo lo estaría también.

— ¿No soy digno de tu atención, Jodusa?—claro que Isaac notaría cuando no estuviese al cien concentrada en él—Mira el lado bueno, Edrian no pierde su gusto.

—Cierra la boca, Isaac.

—Vale, pero no notaste que tú entras en ese buen gusto que mencioné—y bebió refresco por la pajilla.

Acabé mi soda— ¿Entro en tu buen gusto Isaac?

Le pregunté aquello para callarlo, con la finalidad de escuchar un: por un demonio que no, Jodusa, solo quiero que te dejes coger para largarme.

Queremos que nos quieras, Jo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora