Antes de que el sol saliera, la noticia de un ataque sorpresa había llegado a cada uno de los guerreros del reino de Blaze, que, juraron que pronunciar una palabra sobre el suceso sería su condena a un sangriento final.
Mientras la gente del castillo preparaba provisiones; afilaba sus espadas, cargaba los cañones, caballos.
Otras personas también habían ido con mucha tierra hacia el atajo que había mencionado Silver, mismo atajo por el que el grupo llegó al castillo. Necesitaban tirar la tierra para tapar el barro y así acelerar el viaje, también para atajar cualquier accidente con la artillería pesada.Justamente sobre eso el albino iba a avisarle a la princesa.
— ¡Su majestad! —dijo, y tocó la puerta. Cuando escuchó un suave "adelante", entró.
Y la vió. Estaba de espaldas en un inmenso balcón, apoyada en el barandal de mármol y mirando la situación de abajo.
Se acercó. Sabía que era una acción algo imprudente acercarse a alguien de la realeza, más aún estando sucio.
Pero, eso ya no importaba pues estaba viendo a su amor platónico luego de tanto desearlo, y probablemente iba a ser la única y última vez que la vea tan de cerca en su vida.— Majestad, terminamos de llenar de tierra el atajo. Está completamente liso y me encargué personalmente de cortar aquellas ramas que podrían atascar a la carroza. —Algo agitado por subir todas las escaleras, se pasó la mano por los flecos, llenandolos con algo de tierra, y su otra mano apoyándose por el barandal de mármol.
— ...Hm. ¿No tienes modales acaso? Estás sucio y te atreves a tocar el mármol que sale lo mismo que las diez riquezas más profundas del mar.
Silver al darse cuenta, se separó y casi se pone a llorar de la pena. Su única oportunidad de dar una buena impresión y ya la había arruinado. Se arrodilló, disculpándose.
La princesa solo lo miró en silencio. Y quizás con algo de asombro. Nadie la había tratado con tanto respeto, fuera de la gente que trabajaba para ella.
— Levántate. —El albino obedeció en un santiamén— ¿Quién eres?
— Silver, Silver The Hedgehog. Soy el jardinero real del Lord Hedgehog. —Le hizo una reverencia en señal de respeto.
— Huh. ¿Trabajas solo?
— Bueno, también me ayudan mis herramientas... —la princesa lo miró sorprendida unos segundos, hasta que soltó unas pequeñas risillas.
— Así que tú eres aquel joven que hace que el maravilloso jardín del Lord se le adjunte el adjetivo "maravilloso".
— ¿E-Eh? ¿En serio le dicen-?
— ¡Su majestad! —Abrió la puerta una mucama con más rango, ambos volteando hacia ella— Sé que tiene que partir para la guerra. Pero por favor, no olvide que al regresar hay que iniciar los preparativos de la boda...
Aquel comentario apagó el ambiente. El erizo se puso algo melancólico al escuchar eso, y la gata completamente seria.
— Disculpa, Melissa. ¿Quién te dió permiso a pasar? Ni siquiera tocaste la puerta. Esos no son los modales. Retirate, por favor.
— Pero, mi princesa, los preparativos..!
— Retírate. —repitió, y aquella señora se fue sin rechistar más—
Silver solo carraspeó su garganta, no sabía si irse o quedarse, si hablar o callar, hasta que la gata pronunció palabra por él.
— Sé que no te interesa, pero realmente odio la idea de casarme. Mi prometido es un verdadero mamarracho. Solo quiere estar conmigo por el rango, y prácticamente mi autoridad va a quedar inválida una vez que me case. No quiero ser un peón de alguien que no sabe gobernar.
El albino la miró hablar unos segundos, en silencio.
— Yo creo que serías una excelente reina, sin la necesidad de tener un prometido. Pero soy solo un simple jardinero que no sabe leer más que algunas palabras referidas a mi oficio. Es sabido que mi opinión no importa mucho...
Quedaron de nuevo en un silencio, pero esta vez parecía uno más cómodo que el anterior.
— A mí sí que me importa. No escucho esa opinión todos los días...
— Pues debería. Usted toma muy buenas decisiones para su corta edad, siempre pensando en el pueblo. ¡Es más! Yo, un pueblerino de otras tierras, daría mi vida por usted.
— ¿De verdad...?
— Aunque sea lo último que haga.
El albino se apoyó por el barandal, admirando la vista desde aquél balcón.
La gata morada estaba mirando los preparativos, simulando concentrada, pero en realidad, en su cabeza estaba dando vueltas el último comentario del erizo._____________________________
— ¡Subordinados! —Gritó desde una platea más alta a la gran cantidad de hombres que dieron un grito en respuesta, ya preparados con espadas— Saldremos hoy apenas baje el sol y nos moveremos hacia el reino vecino, haya frío, viento, lluvia o tormenta, ¡Vamos a salvar al Lord!
Se escuchó unos gritos de admiración por toda la entrada al castillo, la princesa sabía perfectamente como motivarlos con cualquier evento, incluso algo desgarrador cómo una guerra civil.
— ¡Por el Lord! —Exclamaron todos.
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Casi pasó UN AÑO, perdón.
26/10/22
1304 palabras.
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El Lord ‹Sonamy›
Fanfiction"El castillo Hedgehog" - aquel viejo recinto tenía demasiados secretos, y el Lord que lo habitaba, aún más. ¿Por qué era tan misterioso? Quizás no debería entrometerse... era una simple ama de llaves más, pero la curiosidad poco a poco comenzaba a c...