2020-¿Vas a dejarme solo? ¿A mi? ¿Tu mejor amigo? ¿Ir a un club solo?
-¡Ya! deja de molestar y vete- el joven se hundió en el mueble mientras cambiaba de canal.
El rubio bufó y le arrebató el control a su amigo -¡Hey!
-Jungkook, tienes que entender esto. No te quedarás un sabado por la noche en casa. Punto.
-Hace frío, es tarde, no quiero escuchar música que no me gusta en un lugar pequeño y asqueroso.
Ambos se miraron por un momento como en una competencia de miradas, donde el menor obviamente no pudo ganar.
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-¡QUE LINDO ESTÁ EL AMBIENTE, EH!- grito el rubio por encima de la alta música.
Jungkook se replanteaba su decisión. Jimin era experto en hacerlo aceptar cosas que casi nunca salían bien.
-Solo ve y haz lo tuyo- lo empujó hasta el bar donde se encontraban varias personas charlando y bebiendo alegremente, mientras el joven se alejó hasta una esquina donde pudo sentarse tranquilamente.
El tiempo habia pasado muy lento, ya faltaba solo unos pocos minutos para el amanecer, y aún no veía rastros de su amigo.
No era que no disfrutase de esto. Pero hoy, el preferiría estar en casa, fué un dia largo, pero sabía que el rubio no lo dejaría en paz hasta que lo acompañase a sus travesuras.
Una joven se sentó a su lado, hablándole muy muy bajito.
-No puedo escucharte- la chica río fuertemente y se lanzó a sus brazos.
-¡Eh! ¡Muy bien amigo, ya tienes a tu primera conquista!
El pelinegro, incómodo por la situación, se quitó suavemente a la joven de encima y como pudo, salió a la calle, donde el frío lo golpeó sin piedad.
-Mierda- se abrazó a si mismo intentando darse calor.
Miró a ambos lados de la acera, como si quisiera cerciorarse de que nadie lo estaría vigilando. Tomó rapidamente de su bolsillo trasero una pequeña de cigarrillos.
-Vamos encendedor, no jodas conmigo ahora.
- ¿Estas bien con eso amiguito?
Una pálida mano le extendía un encendedor rojo carmesí, el muchacho levantó la mirada encontrándose con una linda sonrisa.
La chica tenía una larga cabellera rubia y una hermosa piel que resplandecía aún estando en la tenue luz.
-Oh, gracias.
La chica tomó asiento al lado del muchacho -Rosé.
-Jungkook.
Jungkook miró a la joven, su perfil era muy lindo, la luz resaltaba sus labios y nariz.
-Me parece que te haz olvidado de encender tu cigarrillo- dijo la rubia de manera burlona.
Oh Dios Jungkook, no hagas el ridículo ahora- pensó.
-Estoy un poco borracho- mintió.
-Puedo verlo- río- al menos disfrutaste de la fiesta, yo apenas y he podido reirme de algo.
El pelinegro exhaló el humo - Nah, yo tampoco la he pasado muy bien. Vine por un amigo.
Rosé se volteó quedando a centímetros de la cara del pelinegro.
Ella era aún mas linda de cerca, y eso lo volvía loco.
-¿Quieres ir a comer algo?
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Ring. Ring. Ringggg. Ringgggggg.
¿Quien mierda me molesta a estas horas?
Jungkook se levantó gruñendo.
-¿Si?
-¡Abre la puerta, desgraciado!
Su amigo el rubio, entró al departamento con un rostro fresco e iluminado como si no hubiese estado festejando hasta altas horas de la madrugada.
-¿Se puede saber por qué mierda me dejaste solo en el club y por qué no contestas mis llamadas?
El pelinegro estaba masajeando su cien por el repentino escándalo.
Aunque una sonrisa boba se le escapó de los labios al recordar donde había estado.
Rosé y él habían ido a comer en un lugar cercano, ella era extremadamente divertida y el tiempo se pasó tan rápido, que olvidó pedirle su número a la rubia.
Mierda.
-¿Hola? ¿Tierra llamando a Kookie?
-No te encontraba por ningún lado, la fiesta fue terriblemente aburrida...-
-Patrañas- El pelinegro le lanzó una mirada de odio.
-Entonces salí y...-
El rubio volvió a interrumpir - Y aqui estás, amargado en tu habitación deseando haber festejado conmigo y la belleza que me conseguí.
-¿Acaso dijiste UNA belleza? ¿Solo una?
Jimin era conocido por estar con muchas chicas a la vez, el simplemente era un imán para las mujeres , y por primera vez no fanfarroneó acerca de estar con muchas.
-Si, una.- dijo sirviéndose cereal - La vi sentada con otras de sus amigas, y ella...-suspiró- simplemente, iluminaba el lugar ¿Sabes? nunca nadie había captado mi atención de esa manera.
Jungkook lanzó una risa estruendosa y sarcástica -¿Estas seguro de que no estás todavía bajo los efectos del alcohol?
-¡Ya kook! ¡Te lo digo en serio!
-Vale, digamos que te creo y que no la olvidarás en una semana. ¿Tienes su número?
-Claro que si pequeño, el tío Jimin nunca se va sin sus dígitos.
Jungkook rodó sus ojos, pero por dentro desearía haber sido tan inteligente como su amigo y pedirle el número a la hermosa chica.
Aún no sabía como la encontraría, pero lo haría.