안아줘~

45 6 0
                                    


"Con esta mano yo sostendré tus anhelos. Tu copa nunca estará vacía, porque yo seré tu vino. Con esta vela alumbraré tu camino en la oscuridad, y con este anillo, te pido que seas mi esposo" Pronunció en alto el moreno, con el martillar magullando su pecho, deseando que todo fuese tan solo una mentira de la cual el pudiese escapar.

Tomó su delicada mano, entonces, con ambas miradas fijas el colocó el anillo.

En el hombre incorrecto.

Kim NamJoon había contraído matrimonio con Lee SeokJin.

Aún recordaba esa hermosa primavera de hacía dos años, cuando su corazón puro amaba con fuerza oculta a aquel que entonces se robaba sus suspiros más ensoñadores, hoy... Kim SeokJin suspiraba de dolor y pena.
Tan solo unas semanas antes de su segundo aniversario el despertaba, con aquel que juró amar hasta que la muerte les separará. Pero... ¿Como podrían separarles? Pues aunque causase agonía profunda el siempre supo que nunca estuvieron juntos.

Le vio dormitar, preguntándose en qué momento de la madrugada el llegó a su cama.
Pues siempre dormía con una cama vacía y la mañana siguiente, aunque el estuviese ahí, junto a él, la cama seguía sintiéndose vacía.
Acercó su mano con suavidad, deseando tocar la piel de su esposo, deseando tener la libertad de saciar sus ensoñaciones, de poder besarle y decirle que le amaba.
Aún lo recordaba, esa cálida y hermosa primavera. Ese día cuando se casó.

Se levantó en silencio como cada mañana. Armándose de valor de ver aquellas imágenes enmarcadas, con un vacío del cual se había acostumbrado al notar que en todas y cada una de ellas era el quien sonreía.
¿Realmente siempre fue así?

NamJoon le observó de forma detenida, notando como su "esposo" veía las fotos de su matrimonio de hacía dos años, podía saberlo con solo verlo y era el dolor reflejado en aquel nostálgico semblante. Bajo su mirada con lentitud, con una consciencia recriminándole su actuar durante tanto tiempo, pero su corazón pertenecía a alguien más.
Se levantó, escuchando a SeokJin saludarle, notando la diferencia en su rostro, su sonrisa amplia y mejillas rojas de felicidad...
Tranquilizándose a sí mismo, sonriéndole de igual forma para así fingir aunque sea que ellos eran amigos.

Desayunaron juntos, sabiendo que como cada mañana Jin le contaba algo a lo que no le presto importancia, viendo cómo este reía con tranquilidad, fingiendo que le escuchaba.
Ignorando el hecho de que SeokJin tan solo fingía tener una conversación, pues el único que hablaba era el.
NamJoon solo se levantó y agradeció por todo, entonces dirigiéndose a la salida de su hogar, escuchando a SeokJin exclamar su nombre, pero ¿Porque detenerse?

La puerta se cerró y Jin no pudo hacer más que dejar de forzarse a sonreír. Su puño golpeó su pecho, sin fuerza, una y otra vez.
Preguntándose porque seguía doliendo.
Porque seguía soñando en poder decirle a NamJoon cuanto le amaba.

El moreno salió del ascensor, siendo recibido por muchos que se reverenciaron a su paso, observando todo lo que había construido en tan solo dos años luego de un matrimonio forzado.
Lazos que llevaron el negocio familiar a la cima pero... ¿A que costo?
Observó a su pareja esperando con calma por el en su escritorio, sonriéndole al hombre que sin esperar un segundo tomó en sus brazos.
Escuchando a el mismo reír, sintiendo algo removerse en su corazón.

Todos sabían que Kim NamJoon engañaba a su esposo desde antes del matrimonio, incluso Kim SeokJin lo sabía.
Y por ello sabía que debía darle un fin a todo aquello que hoy le asesinaba en silencio. Preguntándose hasta cuándo fingiría tener una venda que cubría sus ojos de una verdad que nunca fue ocultada.

SeokJin se abrazó a si mismo, preguntándose entonces hasta cuando una vez más.
Observó los papeles frente a él, con lágrimas bajar por su mejilla. Limpio estás, llevando su mirada al techo de aquella farsa que llamaba hogar, escuchando pasos acercarse desde aquella habitación que solía compartir con quien se suponía que debía sostener sus anhelos.

En este universo... Y tal vez en el siguiente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora