🥀 Capitulo 21.

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Barcode no puede creer que perdió a su primer hijo, al bebé de Jeff. Siente que todo se está cayendo a pedazos y nada podrá volver a armar su vida de nuevo.

Sólo logra llorar por las noches abrazado de su alfa que tiene la misma aura triste que él, ese bebé era tan deseado y querido que todo parece una pesadilla, todo es tan injusto. Porque ya no podrá tener bebés, porque todos sus sueños sobre una familia perfecta se habían esfumado en un santiamén, porque ya no tendría una enorme casa con niños de ojosiel y cabellos azabaches corriendo y jugando.

Su alfa le dio un beso en la frente antes de pararse de la cama y comenzar a arreglarse, iría a su trabajo y después pasaría por él para ver a un profesional. Sabía que estaba descuidando a su alfa, que no pensaba en él, que estaba siendo egoísta pensando solamente en su dolor y no en el de su destinado, sabía que si Jeff  se iba con otra omega, solo él tendría la culpa, por no ser un buen omega, todo era su culpa.





















Bromita bromita 🤙🏻

Aquí empieza el verdadero cap.

Sus parpados pesan, logra ver puntos de luces que se desvanecen y salen en otra posición, su cabeza duele al igual que el brazo derecho. Es toda una lucha para que pueda girar su cabeza hacia ese lado y darse cuenta que tiene una intravenosa en el brazo, con un poco más de esfuerzo ve a al alfa con la cabeza sobre la punta de la cama, ya todo tiene sentido. Los recuerdos le caen como agua fría y no puede evitar soltar un grito de dolor al recordar lo acontecido. En un santiamén el alfa despierta mientras que las manos de Barcode van directo a su vientre, buscando al bulto que durante una mañana le hizo la persona más feliz de todo el mundo.

Sus ojos se convierten en cascadas cargadas de lágrimas al percatarse que ese bulto sigue en su vientre, que todo está bien, que su cachorro sigue en su vientre y que su alfa le está haciendo compañía; Jeff le mira feliz, porque sintió la desesperación combinada con confusión de su omega por medio del lazo y en esos momentos sentía la alegría, haciendo que su lobo interno aullara de felicidad porque los dos están bien, están sanos y libres de algún peligro.

-Oh Jeff, tenía tanto miedo.

Suelta el omega entre sollozos que alertan a la enfermera. Jeff toma a su omega entre sus brazos comenzando a cantarle para que logre tranquilizarlo. La enfermera checa el suero que tiene el ojimiel en el brazo, así como los demás aparatos que lo rodean y los latidos de su corazón.

-Shh, shh, mi dulce omega, todo está bien, el cachorro está bien, tú estás bien.

Poco a poco la voz grave y el aroma del alfa lo van calmando, le hacen saber que sigue vivo, que siguen juntos, no despega las manos de su vientre porque es lo que lo mantiene en tierra. Sentir el pequeño bulto le recalca dado que eso le hacía sentir tranquilo. No piensa despegar las manos de ese lugar, no importa si le llaman tonto, es su cachorro siente la vida luchando de ese pequeño.

El carraspeo de la enfermera saco a ambos del trance en el cual se envolvieron, lucía apenada de interrumpir semejante escena pero tenía que darle indicaciones a los futuros padres. La pareja sonrío algo apenada por no percatarse de su presencia y comenzaron a poner atención a la explicación.

Por suerte lograron controlar la amenaza de aborto, así como fue de mucha ayuda que su alfa se quedara con él, marcándole con su aroma y besando la mordida (el omega no pudo evitar llenarse con una ola de amor puro al escuchar esas palabras). El pequeño omega se quedaría una semana más en observación por precaución y sus citas con el obstetra serían cada dos semanas para monitorear que no se presentaran complicaciones. No haría mucho movimiento ni estar ante situaciones fuertes, tenía que tener mucho cuidado. Su embarazo se convirtió en uno riesgoso.

La enfermera salió dejando de nuevo a los futuros padres en su momento íntimo.

-Te amo tanto pequeño.

-Alfa, te amo, no quiero perder a nuestro cachorro.

-Y no lo harás, bebé sigue con nosotros, crecerá grande y fuerte.

Las lágrimas volvieron a brotar de Barcode, todo parecía tan irreal y cruel que con el solo hecho de pensar en lo que hubiera pasado su corazón se fracturaba.

-Fui un mal omega, debí ser más cuidadoso, debí cuidar mejor de nuestro bebé.

Un sollozo cargado de dolor salió de su boca, estar en esa camilla le dolía, hacía sentir inútil al omega y no entendía cómo algunas parejas perdían a sus bebés y salían a delante.

Jeff odia ver al omega así de afligido, quería la alegría que le pertenecía, esa alegría burbujeante reflejada en sus ojos y en cada acto que hacía.

-Oh bebé, no fuiste malo, hiciste todo para salvarlo, peleaste por él.

-¿Qué hubiera pasado si lo perdía Jeff? No podría verte de nuevo, no sabiendo que perdí a tu hijo.

-Seguiría contigo, Code. Hasta el último aliento en el peor momento, porque te amo y ya nunca podré dejarte ir, tenemos un lazo que nunca rompería por lo mismo, porque te amé, te amo y te seguiré amando.

-Sería un mal omega, uno inservible, uno que no pudo gestar. Te dejaría ir por una mucho mejor.

-Te amo, escúchalo dulce criatura, tú no eres un objeto eres una persona. No estoy contigo para calentar la cama, calmar mis celos y llenarte de mí descendencia, estoy contigo porque te amo y saldremos adelante juntos.

Las palabras de Jeff calmaron a Barcode, sentía la ola de amor en el lazo, en todo su ser. Se concentraba en su vientre, en la esencia del bebé.

-¿Crees que seré una buena madre?

Los ojos olivos se llenaron de ternura por aquella pregunta. Estaba dispuesto a borrar cada inseguridad del ojimiel

-Ya eres una gran madre amor, luchaste por él.

Acto seguido Jeff dio un casto beso en los labios de Barcode para luego abrazarlo. Estaban bien, estarían bien. Estaban en su hogar. En los brazos del otro.















Little Bite🥀JeffBarcode Donde viven las historias. Descúbrelo ahora