Que indiferencia,
que inocencia
que abstinencia.
No puedo ver sus manos sin admirarle,
no puedo ver sus labios sin provocarme,
no puedo ver sus senos sin quemarme.
Y me duele tanto
verla en los pasillos, evitando miradas,
alejando
sentimientos que aún siguen en el viento,
pensamientos sobre momentos nuestros que ya se fueron.
Y me duele tanto
que su recuerdo se esté desvaneciendo,
que sus canciones se estén perdiendo y ella tan hermosa se está luciendo,
en esa nota tan extravagante
caminando por las calles de forma intimidante.
Yo tan inseguro mirando su sombra,
captando su aura tan libre, llena de amor
llena de cariño
de cariño.
Mi castigo sigue siendo el mismo,
soy espectador en este capítulo que empieza con su partida y termina con sutileza, sin contemplaciones ni decepciones.
Somos tan diferentes
Eso define mi amor, mi inquietud,
tu virtud y mi anhelo,
yo carisma, tú cariño.
Pero te seguiré amando, aunque desaparezca el mundo
te seguiré amando,
aunque mi corazón no de más y mis brazos estén cansados de tanto luchar
te seguiré amando.
Porque nuestra historia es así, mi amor es así,
no es sano,
pero es así.
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Cartas de inercia; sobre un amor obstinado
PoesíaCartas, poemas, recitales, textos, no sé que son pero aún así se le dice poemario. Una recopilación de textos y cartas extremadamente cortas escritas por mí, con mucho sentido Estos escritos representan en su mayoría mi visión del amor a lo largo de...
