Final

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T/N

Siempre he sido mala en hacer despedidas, y en base a mi experiencia, ha sido totalmente catastrófico... Siempre los he odiado por no saber despedirme tal cual o mejor dicho soltar a las personas...

Es aterrador la palabra “despedida”. Es triste como lo que estamos viviendo se vuelve solamente un recuerdo...

Camus y yo estabamos frente a frente. Nos alejamos de los demás, para poder despedirnos y poder expulsar todos mis sentimientos. Porque se que no abra una próxima vez...

El cielo nocturno se adornaba de hermosas estrellas y la Luna que nos iluminaba.

—Este será el adiós, ¿no es así?—mi voz se empezaba a cortar. —Fue bueno volverte a ver... de verdad.

No pude sonreír sin poder aguantar las lágrimas. Todo lo que Camus había aguantado hasta que llegaron esos pétalos y lo que mi padre confirmó...

—T/N—. Camus se acerca a mí y acaricia mi mejilla—. Pudiste manejarlo cuando morí. Eres fuerte y admirable, se que podrás tener una vida normal.

Aprete mis dientes con fuerza.

—¡Eso no es verdad! —Solté —Lo dices como si fuese fácil hacerlo... Camus yo... estuve al borde de la desesperación, creí haberte superado, pero no...

Mis labios comenzaban a temblar y sentía como caían mis lágrimas ante el llanto y la impotencia que lograba sentir. Logré caer de rodillas, realmente me dolía tanto que se vaya de nuevo. Este dolor que siento se volvió más grande que antes.

—Solamente soy débil. Ni siquiera soy digna de ser una caballero.

Camus se agacha, poniéndose a mi altura  y me abraza, haciendo que abra mis ojos de par a par, para seguir llorando en su hombro. Podía sentir el fuerte agarre del caballero de Acuario; no quería soltarlo. Mucho menos ahora que estoy en un mar de llanto.

Detesto incluso mi propia debilidad.

Detesto ser sensible.

Detesto este dolor que siento en mi pecho que se hace cada vez más grande y duele tanto.

—Eres humana, T/N. Sufrir, amar, llorar, es parte de ser un humano. Nosotros los humanos somos como un cristal, aunque algunos son cristales fuertes y difíciles de romper.

Alzo la vista para verlo directamente y poco a poco nuestros labios fueron uniéndose. A pesar de que tiene un aura fría, siento calor. Un calor hermoso e indescriptible. Camus me acerca más a él y logro rodear mis brazos en su cuello.

No entendía qué estaba pasando, así que solo me dejé llevar por el momento.

El calor anhelante y abrazador que creí haber perdido esperanzas de experimentarlo por fin lo tengo y siento miedo de soltarlo.

Al momento en el que nos separamos, le acarició su mejilla, le quitó el casco y lo vuelvo a besar con más intensidad, y posteriormente me refugio en su cuello mientras él pasaba su mano por mi cabello, acariciandolo lentamente.

Como quisiera que esto no acabará.

El tiempo pasa sin parar, pero los momentos son como los segundos. Ambos entrelazamos nuestras manos.

—Te juro que ame cada momento que estuvimos juntos..., Surt, tú y yo.

—A mí también—me regala una hermosa sonrisa—. Has sido lo más valioso para mí, más valioso que un “te amo”.

Mi bella rosa de hielo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora