❝Bad Habit❞ 「SatoSugu」

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Satoru

Gojo Satoru siempre se había considerado una persona que no confiaba fácilmente en cualquiera, solía guardar sus más profundos sentimientos y anhelos para las pocas personas que habían entrado en su corazón.

Parte de aquellos sujetos que se ganaron su amor con tanta facilidad eran sus alumnos, en especial Itadori Yuuji, Fushiguro Megumi y Kugisaki Nobara. Podía estar horas conversando con ellos acerca de sus complejos pensamientos, confiaba en ellos de una forma que parecía imposible y es que se llevaban cerca de 12 años de diferencia. Aun así, la edad no era una limitante, la confianza se ganaba y aquellos pequeños habían entrado en su corazoncito como si nada.

No era un tema para él hablar de su eterno amor, Getou Suguru, del que había estado enamorado desde los quince años, cuando fueron compañeros de escuela y posteriormente coincidieron materias de pedagogía en la Universidad. Desde el primer momento Satoru pensó que era el destino, Suguru había sido su primer y único mejor amigo, quien conocía todos sus sueños, cada parte de su ser que escondía bajo llave y era de los pocos que lo querían tal y como era, con su arrogancia, excentricidad e infantilidad.

Por cuestiones como la vida adulta y el poco tiempo que tenían para compartir, comenzaron a distanciarse mientras los años pasaban. Y más aún cuando hace un mes Suguru fue llamado por el director de la Escuela de Yokohama, solicitándole reemplazar por todo un semestre a la profesora de Lengua que sufrió un accidente y no tenían otra opción más rápida para reponer el cupo de docente. Empezaron a verse mucho menos, ya no hablaban como antes y cada uno estaba concentrado en sus responsabilidades de adulto.

Era demasiado obvio a otros ojos que entre los dos había algo y más que eso, la forma en que Satoru contemplaba con tanta admiración al hombre que solía usar su cabello amarrado en forma de rodete no pasaba desapercibida por nadie.

— No entiendo, ¿usted gustaba desde pequeño de sensei?

Mientras pasaba el recreo, sus alumnos conversaban con él acerca del fuerte crush que tuvo en Getou, por supuesto que Satoru prefería negar que todavía existía un ápice de amor en el fondo de su corazón, sobre todo porque los pequeñuelos eran cercanos al profesor Suguru y no quería malentendidos. Más aún cuando nunca pasó absolutamente nada entre ellos. No valía la pena.

— Si, pero eso ya es historia. Cuando entramos a la Universidad y dejamos de vernos me sentí atraído por otras personas, además de que mi cariño por él quedó en el término "mejor amigo" y no volví a sentir amor romántico por él.

— Quién lo diría, yo pensaba que a usted le funcionaban todos sus ligues. — se burló Nobara, los rumores corrían por la escuela y consistían en que Satoru ligaba con madres solteras y jóvenes, siempre terminando por salir con algunas.

— Pues no, yo también sufrí por amor. En fin, nosotros somos amigos y además Suguru nunca gustó de mí, siempre lo tuve asumido.

Itadori colocó una expresión de extrañeza, mirando a su profesor como si lo último fuera una mentira.

Y sí, lo era.

— Pero si a Getou-San también le gustaba, sensei.

Las palabras se quedaron atascadas en su boca cuando escuchó a su querido estudiante soltar una de las pocas confesiones que jamás se hubiese imaginado.