Correspondencia

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Llovía y hacía frío, pero él corría en manga corta y se sentía en el mismísimo infierno. Era invierno, ya había anochecido, los coches pasaban rápido y le empapaban los pantalones. Pero eso no era importante, lo que importaba era el sobre que tenía en la mano, un sobre mojado y arrugado, y en su interior, una nota escrita con una horrible caligrafía. Cada vez corriendo más rápido, tomando bocanadas de aire, pensando todo el rato: "El puente está a quince minutos, a quince minutos". Llegó en cinco y se detuvo en seco, miró a su alrededor y empezó a correr de nuevo, temiéndose lo peor. No quería llorar, por eso corría, corría por todo el puente, hacia un lado y al otro, hasta que cayó de rodillas, rendido. En invierno anochece antes, eran las ocho, y para él ya era tarde. Ya no había nadie en el puente.

Cuentos en el BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora