Un día como podría haber sido ayer o quizás mañana decidí darle una oportunidad al amor, o al menos así me hicieron llamarlo, porque aunque leí y releí la definición, seguía sin cuadrarme lo que venía en el manual a lo que yo viví.
Me prometieron mariposas pero no aclaró que algún día me las acabaría matando de la peor manera, me juró que me bajaría la luna a mis pies cuando a mi solo me importaba que tomara conmigo el sol, me dijo que con él todo iba a ser blanco cuando está claro que me gusta más el negro y me pidió de rodillas que me quedara cuando quise pensar que en el mundo había más colores como por ejemplo
El Amarillo.