7. Síndrome de Couvade

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Hydra observaba atentamente la expresión relajada de Tony al dormir.

«Ha tenido un día estresante» pensó sin de mirarlo, recordando como el Dios del Trueno había ingresado a la Torre de manera violenta, destrozando un ventanal. ¿Cómo pudo atreverse? Volvía a enojarse con solo pensarlo.

—Nunca me había preocupado por alguien que no sea yo. —dijo en voz alta, todavía recostado al lado del genio mientras descansaba.

«¿Es genuina preocupación o solo quiero matar al héroe?» pensó tratando de excusarse.

Thor Odinson no era de su agrado, sin embargo en estos momentos solo imaginaba con mandarlo a su queridísimo Valhalla y destrozar la mano que había osado querer tocar el vientre del genio. Había cruzado los límites de lo soportable cuando se había acercado a Tony Stark.

En definitiva, no lo iba a perdonar.

—Es por ti. —confesó Hydra sin dejar de mirar al castaño que seguía durmiendo plácidamente.

Hydra se consideraba un gran observador y SIM era alguien digno de ver.

La respiración del genio era suave y tranquila. A pesar del incidente, Tony se había quedado dormido aún con la emoción de que el bebé en su interior se comenzaba a mover. Estaba creciendo y su presencia era más notoria.

«Creo que le gustó un poco al frijol» pensó Hydra tocando con su mano el abdomen levemente abultado de SIM con un poco de expectativas. ¿Volvería a moverse? ¿O solo haría acto de su presencia cuando Tony en él?

Era extrañamente divertido el imaginarlo.

—Ustedes dos, tienen mi protección. —murmuró Hydra moviendo su mano alrededor del vientre—. Es una promesa del Capitán Hydra.

Tony se quejó entre sueños.

«Hasta inconsciente sigues siendo tan testarudo» pensó Steve con una sonrisa en sus labios.

No podía evitar recordar cuando el genio había confirmado sin duda alguna la paternidad de Hydra, aún si con ello se exponía más al peligro.

Además, había advertido y proclamado que habrían consecuencias por las acciones de Thor Odinson.

Declarando que el conflicto entre héroes y villanos... Había llegado al punto más inflexible.

—Si quieres una guerra, tendrás mi apoyo incondicionalmente. —confesó Hydra con una sonrisa dejando los labios de Tony antes de levantarse.

Tenía que hacer una llamada.

«Debería comenzar a mover algunas piezas a su favor» pensó, cogiendo el móvil y llamando a un viejo amigo que seguía trabajando en la Organización, pero fuera del ojo público.

Descolgaron al primer timbre.

—Hola, Soldado del Invierno. —nombró con un poco diversión en la voz y escuchando un par de maldiciones a través de la línea—. Necesito que contactes a todas las persona que Hydra les haya hecho un favor. —dijo con más seriedad—. Los quiero preparados y listos para mis órdenes.

La respuesta fue inmediata y acertada.

—Es exactamente lo crees, hermano. —contestó Steve saboreando las palabras—. Ya terminado la era de los héroes.



Al día siguiente, Hydra se removió entre las sábanas, visiblemente disgustado por el ruido dentro de la habitación.

—¿No piensas despertarte, bella durmiente? —preguntó Tony con ironía—. Van a ser las 2 de la tarde y sigues ocupando mi cama.

Hydra gruñó en respuesta.

¡Proyecto de Amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora