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Londres, Marzo 15 2021.

El cielo gris característico de Londres era todo lo que se podía observar desde la ventanilla del avión. Mentiría si dijera que no extrañaba el Sol de la costa Italiana con sus aires refrescantes en primavera pero tendría que acostumbrarme al frío y la lluvia de mi nuevo hogar. Desde que Sainz mencionó el descanso no había podido dejar de pensar en visitar Portofino sólo para ver a mi madre pero no quería encontrarme con mi padre aunque se que le daría igual si yo estuviera por ahí. Además de que no había ido desde lo que ocurrió con Enzo y no quería tener que enfrentar su ausencia y los recuerdos que me traían ese lugar.

Y hablando sobre cosas que no puedo dejar de pensar estaba Sainz y su idea de conocernos mejor y limar las asperezas entre nosotros con una cena, no me agradaba tanto pero no soy una persona que quede mal con lo que se compromete.

Anoche George no podía creer lo que le había dicho sobretodo porque él tenía el contexto completo de mi actitud adversarial con el Español así que le tomó por sorpresa mi decisión. Trató de mostrarme el lado bueno poniendo como excusa que Carlos trataba de mejorar las cosas y si yo no ponía de mi parte, entonces quedaría como la mala del cuento.

Ya me había acostumbrado a ser vista de esa forma pues no es la primera vez que me pintan como la villana y estaba bien con eso.

— Estamos a punto de aterrizar, por favor abroche su cinturón y permanezca en su asiento. — La azafata me informa sacándome de mis pensamientos.

— Gracias...— Hice lo que me pidieron y unos momentos más tarde ya estaba sobre el suelo Inglés.

Las gotas de lluvia mojaron mi rostro al bajar del avión dándome la bienvenida a mi nueva vida. Iba a ser duro dejar atrás mi pasado pero estaba emocionada por mi futuro.

— Tienes que estar bromeando...— Susurro para mi misma al ver el interior de mi nuevo apartamento. Kate había sido la responsable en conseguir un nuevo hogar para mi en Londres pero sin dudas se había excedido. Era en extremo espacioso como para que una sola persona estuviera viviendo aquí.

Los días pasaron y gracias a mi agenda apretada había cambiado la fecha de mi cena con Carlos siendo el Viernes el día que tenía libre.

George y yo habíamos estado como locos yendo y viniendo de Londres a la fábrica en Grove, pasando horas en los simuladores y entrenando juntos. Gracias a su presencia no lo sentía tan pesado pues disfrutaba demasiado pasar tiempo con él, no habría podido elegir a mejor compañero de equipo que él.

— ¿Emocionada por tu "cita"? — Pregunta con picardía.

— No es una cita. —Remarco por milésima vez con mi mirada en la carretera. Ibamos de regreso a Londres pero esta vez no permití que George tocara el volante.

— Lo que tu digas. ¿A donde planean ir? Porque si quieres un lugar discreto y con pocas personas, yo puedo recomendarte algunos.

— Creo que iremos a ese restaurante en The Shard.

— ¿Qué ahí no se utiliza para cenas de trabajo y eso? Digo, es discreto pero poco convencional.

— Por eso es perfecto, es una cena de trabajo.

— ¿Y Carlos ya está en la ciudad?

— Supongo que si, no creo que lo haya olvidado. Prácticamente fue su idea.

Carlos Sainz no parece del tipo de hombre que olvida sus compromisos y mucho menos cuando él los propone así que por ese lado estaba tranquila. No podría olvidarse de nuestra cena ¿Cierto?

— Gracias por el aventón, llámame si necesitas algo ¿De acuerdo? — Dice una vez que lo dejo en su casa.

— Estaré bien Mr. Saturday, disfruta de tu noche y envíale mis saludos a Carmen. —Le aseguro.

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