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Jisung estaba feliz, muy feliz porque su novio vino a verlo, no se veían seguido por lo que su ausencia le afectaba mucho, pero cuando lo hacían, ambos procuraban aprovechar el tiempo que tenían.

Desde que llegó no paró de besarlo, abrazarlo, de decirle lo mucho que lo amaba, no perdía ninguna oportunidad para decirle cualquier cosa cursi.
Su novio era igual, apenas abrió la puerta se lanzó sobre el, diciendo lo mucho que lo sentía por no haber podido venir a causa de su trabajo.

Después de su emotivo encuentro se pasaron intentando cocinar ese día, cosa que no salió para nada bien.

Empezando por querer hacer una simple pasta; le pusieron muchas hierbas, se pasaron de sal, se pego la sopa, ya que en ningún momento la movieron, dejando un olor a quemado por todo el departamento de Jisung.

Rieron por su total fracaso en la cocina, ya lo esperaban, pero querían intentar hacer algo nuevo.

Sin otra opción, tuvieron que pedir comida rápida, tres hamburguesas, una para Jisung y dos para su novio, ya que tenía un gran apetito y le gustaba consentirlo y sus dos coca colas, algo que nunca debe faltar en ello.

Se la pasaron limpiando mientras esperaban a que llegaran.
Para su buena suerte, apenas terminaron, tocaron la puerta, informando la llegada de su comida.

— Amor, están tocando la puerta, puedes ir a ver.

— Voy Sung — grito, pues se encontraba en otra habitación, pero más cerca de la puerta, por lo que era más fácil que el fuera.

Mientras su novio venía, se ocupó de buscar una de sus películas favoritas, de amor.

— ¿Qué buscas? — interrogó su novio, quién tenía en sus manos la bolsa con el pedido.

— Estoy buscando, mi película, ya sabes la de... ¡Aquí está!

— "Solo amigos", quieres volver a verla.

— Claro que sí, me gusta como estos ellos  se enamoran siendo amigos, me gusta.

— Ponla, si a ti te gusta, a mí también.

Sonrió como un tonto enamorado, pero eso era, un tonto enamorado.

Puso la película en el reproductor y le puso play.
Transcurrió una hora en la que acabaron de comer y solo se dedicaban a ver la película acostados en la cama.

— Lo odio, más bien, lo amo y lo odio.

— No te enojes, tus arrugas aparecerán más antes.

Bromeo haciendo reír a Jisung, esfumando todo enojo que tenía.

— Y aún así me vas a querer ¿Cierto?

— Claro que sí, siempre me gustaras.

— También me amarás.

— También te amaré.

— Te amo — dijo Jisung antes de que su novio lo besara.

Estaban desesperados, no se habían visto y por lo tanta no habían echo nada, hasta hoy. Ambos dispuestos a entregarse como en muchas de otras ocasiones, demostrando lo mucho que se extrañaron y lo mucho que se amaban.
Esa noche, Jisung juraba y estaba seguro de que su amor nunca terminaría, que era lo más hermoso que pudo pasarle en su vida.
Soñaba con el día en el que por fin ambos vivieran juntos; Despertar juntos, bañarse, preparar el desayuno, ver películas, salir juntos, compartir el mismo espacio, uno lleno de amor y respeto, así como lo era ahora o eso es lo que creía.
Y quién sabe, tal vez, hasta casarse y tener hijos, un sueño que siempre a tenido, formar una familia.








Por la mañana, su novio se tuvo que ir otra vez, los viajes eran constantes, por lo que tardaría otra vez en venir, no sin antes prometerle que se quedaría más tiempo con el.
Jisung estaba triste, no quería que se fuera, pero era algo que debe suceder.
Se abalanzó hacia el, dándole un beso, era un poco más pequeño de estatura por lo que se puso de puntas, una escena muy linda de presenciar.

Se miraron a los ojos antes de que empezará a caminar, llendo hacia atrás despidiéndose de Jisung.

Así fue hasta que se subió a su auto y se fue.

Entro a la casa, cayendo en cuenta de que ahora estaba solo, no le agradaba la sensación.
Era domingo, llamaría a su amigo para poder pasar el tiempo, hace días que no lo ve, así que era una excelente idea.
Saco su teléfono buscando el número de el. Río al ver el nombre por el que lo había puesto, negó con la cabeza antes de marcar. Espero unos segundos, pensó que no respondería, pero la voz de su amigo lo hizo feliz.

— Hyunjin — grito con emoción — estás ocupado, no, no estás ocupado, ven a mi casa, hace días que no pasamos el rato ¿Qué dices?

— Hola Sung, sabes que siempre tengo tiempo para ti — se escuchó detrás de la línea, haciendo que el mencionado chillar de emoción.

— Te veo al rato, te quiero.

— Yo igual, adiós.

Cortó la línea, sin duda, estaba todo a favor de el. Cayó en el sillón, cerrando los ojos un rato, dormiría un poco, estaba cansado por la noche maravillosa que había pasado hace algunas horas atrás, imaginando en el próximo encuentro con su novio, tal vez, serían un poco rudos.













Iba subiendo las escaleras ya que el elevador no funcionaba, en otras ocasiones estaría molesto por esto, pero no lo estaba, el encuentro con su novio lo puso de buen humor, amaba tanto verlo, tocarlo, besarlo... Todo era perfecto, hasta que llegaba el momento de irse, sabía que esto ponía lo ponía triste, por lo que le prometió que la próxima se quedaría más días, esperaría qué ese momento llegará.
Ahora tenía otra cosas que atender y por arreglar.

Suspiró al llegar al piso donde estaba su departamento, camino por el pasillo hasta llegar al suyo, arreglo su cabello que estaba desordenado.
Saco la llave y la coloco para abrir, sin embargo se detuvo unos segundos antes.

De su bolsillo saco un anillo, lo miro un rato y lo coloco en su dedo, lo había olvidado otra vez.

Sin otra cosa que haya olvidado abrió la puerta, recibido por aquel aroma que amaba, un hogar cálido y amoroso.

— Ya llegué — grito un poco, solo para ser escuchado.

— ¿Chan?

Un chico salió de la cocina con una cuchara en mano y un mandil rosa. Río al verlo puesto con eso, era demasiado lindo y tierno verlo con ello.

— Llegaste... te extrañé amor — dijo para posteriormente comenzar a caminar hasta llegar a el.

Los dos se abrazaron por un buen rato, hasta que Chan se separó un poco de el para darle un beso a su esposo.

— Lix, ya me extrañabas.

— Si, es que no me gusta que no duermas conmigo, me gusta abrazarte.

— Y yo hacerte el amor.

— La comida se enfriara, prepare el desayuno.

— Después la calentamos.

— Está bien.

Para cuando terminarán ya no sería desayuno.

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Cualquier falta de ortografía pueden decirme.

Mentira - Minlix/Hyunsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora