Prefacio

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Qué difícil es amar.

Nunca es bueno ver las noticias a penas te levantes de la cama. Es como si quisieras, sí, por propia cuenta, empezar mal el día. Una especie de sadismo que concurre en ver y escuchar que a alguien le fue peor que a ti a causa de su mala suerte.

Alguna vez leí que los noticieros del mundo se habían coordinado para hacernos sentir miedo, temor, terror... Que las cosas están mal y seguirán igual. No quiero entrar a detalles, pero le doy la razón a Max: debo estar agradecido de seguir vivo y superar el miedo que hace que no lo quiera estar.

Me estoy yendo por la tangente, pero, prometo que todo está conectado.

Hace días, desperté de un buen sueño. Creo haber soñado con alguien que me quita el aliento. Juro haber dicho que sería un buen día, mas, la suerte que tengo se encargo de darle la vuelta a la sartén.

Fue un suceso en cadena inadvertido y gracioso, para mí: me levanté de la cama, me puse sandalias y caminé. Se me ocurrió prender la TV manualmente. Lo hice. Canal 4 con el titular: "Diego Bertie no sobrevivió al impacto de la caída desde el piso 14."

Me reí un tanto, ya que, ¿quién podría sobrevivir a una caída desde esa altura? No estamos en un cómic de Batman.

Sacudí la cabeza, intentando ser indiferente ante la noticia, y me fui al baño. Tal vez ese fue mi error, ¿por qué ir al baño cuando recibes una mala noticia? Es más que obvio que al momento de lavarme la cara, noté que había empezado a llorar. Tarareé una de sus canciones hasta llegar a la del título del prefacio.

¿Diego siguió amando hasta en el momento de su caída? Pregunta estúpida, pero, que me hizo reflexionar, analizar y pensar después de mucho tiempo. Mi cerebro al fin trabajó.

Tal vez su amor platónico fue Jaime Bayle, quizás, siguió amándolo segundos antes de dar su último respiro. Un amor (no) correspondido que trajo desilusiones, llantos y momentos difíciles de superar. Y no creo que esa relación haya sido el único motivo de su corazón roto. Puedo suponer que alguien de su calibre ha tenido tantos amores de una noche como amores de a largo plazo. No es por colocarle una etiqueta, pero, sus canciones me dan pista de ello.

Y otra de mis estupideces salió de mi boca.

«Tal vez yo me parezca a Diego.»

También me reí, o sea, cualquiera que me escuchara en ese momento se hubiera burlado. No soy un sex symbol como él lo era, joder, más de 50 años y el sueño de suggar de muchos. En fin, a lo que me refería era que yo, también, tuve muchos amores. No tantos como él, pero, la cantidad ya es innumerable.

Y, otra vez, no. No me refiero a esos amores de típica historia juvenil. Me declaro un amante eterno, ya que, me enamoro hasta por pequeños detalles: desde una chica que sede el asiento a una anciana, hasta la chica que me invitó a bailar una noche de fiesta y que nunca más volví a verla. Incluso, me llegué a enamorar de alguien que me deseó las buenas noches. Detalles que me hacen sonreír y mi corazón acelerar.

Pero, si tuviera que remarcar a un amor que dejó huella, me iría hasta hace 6 años atrás.

En algún momento de mi adolescencia, en tiempos de desórdenes de todo tipo, me enamoré de alguien. No era mi primer amor, y estaba seguro que no sería el último, pero, cuando decidió irse, no me adelanté a las consecuencias adversas que llegaron en forma de balas de goma. No te matan, pero, que duelen tanto como una de verdad. Yo la seguía amando, aunque lo nuestro ya había muerto.

Así que, llegué a la siguiente conclusión: amar es tortuoso. Doloroso. Un calvario. Tenía el corazón roto y no podía olvidarla. Sus caricias, besos, abrazos y las buenas tardes cada vez que nos despedimos del otro, compitiendo por quién llegaba primero a su casa y enviaba un corazón al correo del otro. ¿Cómo podía olvidarme de ello? Quería odiarla, pero, el corazón resulta ser el peor enemigo de uno mismo.

Diego Bertie tenía mucha razón al decir lo jodidamente difícil que es amar. Pero, creo que no pensó muy bien, por lo menos en esa canción, lo difícil que también es el desamor.

A raíz de eso, sigo pensá do en ella. No estoy seguro si fue culpa mía o suya, solo que, mi alma se fragmentó en cien partes. Cargando, cada una, con un recuerdo que va más allá de lo surreal.

No estoy seguro si alguno de ellos sucedió tal como dice el fragmento, pero, de algún modo debo liberarlas.

No se sorprendan de encontrar muchos tal vez o quizás en este libro, porque todo serán suposiciones mías con respecto a lo que creo acerca de los desenlaces. Pero, espero que lo disfruten.

Hoy, no les habla DekuSama07, autor de fics, sino, Jed o Dani, alguien que sigue queriendo encontrar el porqué de aquella separación, que no deja dormir esta noche.

Y que, sin saber como, terminó pensando en esa chica, a pesar de haber empezado contando que lloró por Diego Bertie, que en paz descanse, y que dijo que las noticias solo quieren generar miedo.














PSDT: como podrán ver en el título, esta es la segunda versión. La primera lo hice hace varios años, solo que, se la dediqué al amor y a sus componentes. En esta, el desamor y todo lo que le compone serán mi fuente de inspiración.

Las cien almas de Jed (Versión 2.0)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora