Un nuevo día, un nuevo comienzo para los demás y lo mismo para Tanjiro. Todos los días lo mismo que hasta parecía que Tanjiro ya sabía todos los típicos diálogos de todas las personas que lo rodean, al parecer lo único que cambiaba era que cada día eran menos las ganas de levantarse de su cama; juraba que algún nunca volvería a salir de ella, y capaz se muere en ella. Se levantaba de la manera más complicada y lo primero que comúnmente sentía era la misma vibra de su casa que alguna vez dejo de sentirla de manera alegre. Ya era un fastidió. Otro día en la panadería, sin clientes; las ventas bajaron nuevamente. Esto hacia sentir un poco mal a Tanjiro, no importaba que tanto esfuerzo le pusieran su mamá y el en los panes, ya no había interés en las personas para comprarlos.
Otro día, preparándose para ir al colegio a escuchar y ser molestado por lo fastidiosos que podían llegar a hacer sus supuestos amigos, que alguna vez le dejaron de interesar; solo los usaba para no ser un rarito sin amigos en una escuela donde es mal visto ser antisocial. Odiaba eso. También le llegaba a fastidiar tener que cambiar su rol de "niño bueno, dulcemente amable" que siempre lo solía usar para conseguir todo sus deseos. Aunque la verdad es que también agradecía tener ese rol porque consiguió muy buena fama, además, gracias a eso y a su gran inteligencia se había convertido en uno de mejores estudiantes (por no decir el mejor) de la más lujosa escuela.
Todo ya resultaba una molestia, no había una luz de dulce alegría que alumbrará su día, cada momento del día parecía igual. Y lo era. Sin embargo había una pequeña parte que aunque fuera tan repetitiva, Tanjiro extrañamente no lo hacia sentir mal, incluso la llegó a disfrutar. Cuando se acababa el día y empezaba la noche, cuando el cielo era gobernado por la luna enviando a sus mejores soldados "las estrellas", a dar una buena pelea en el campo de batalla que era el cielo, nunca supo porque peleaban; tal vez para ver quién alumbraba mejor. Disfrutaba esa parte del día, porque era la única parte donde se podía alejar y despedirse un poco de su familia, acostarse en su cama, completamente solo sin ruido de las personas típicas de su vida, llegando a la cosa que más deseaba, un buen pasatiempo que lo hizo sentirse libre de pensamiento consigo mismo, ese gran pasatiempo era pasar la noche imaginando como sería su vida si fuera millonario, si estuviera fuera de ese país, si no volviera a ver a todas las personas que conoce, etc. Pero sin embargo de todos esos escenarios que Tanjiro imaginaba su favorito siempre sería el de ser millonario. Le encantaba la idea de comprar su falsa felicidad con billetes, sucios billetes; los cuales eran capaces de comprar todo lo que deseaba incluso ser el dueño de la mente débil de las personas. Confía que algún día saldrá de su miserable vida consiguiendo todo lo que desea, no importa como, ni cuando; solo sabe que algún saldrá de hay. Imaginaba cada segundo de su no verdadera vida lujosa, tanta era el deseo que comúnmente soñaba todo eso, cada joya reposando en algunas partes de su cuerpo, lujosas pinturas en las paredes de materiales maravillosos, hermosos paisajes y dinero tirado en la enorme cama costosa.
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SUGAR DADDY
Random"Solo te deseo millonario, si fueras pobre ni siquiera te voltearia a ver " Eso venía a su mente mientras hacía el rostro considerado el más tierno; que a la vez es solo el más falso hecho por el joven azabache, miraba al mayor con falso amor. "Grac...