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William era un muchacho singular, y sorprendente

En la Indiana Rural, años 80's, había sido una imagen célebre en su pueblo, Hawkins. Un icono, una leyenda. Una historia que se contaría de generación en generación, brillando como el suceso más increíble que pudo haber pasado en un pueblucho como ese. Will era digno de venerar, y apreciar

O eso decía su pareja, Eddie Munson, un bobalicón tres años mayor que él, el cual había conocido en el club de D&D del instituto y vivía en el remolque de su tío.

El chico era majo, dulce y entusiasta, aveces temperamental. Aunque esas cualidades no resaltan para la gente cuando eres un metalero sin futuro con expectativas de ser como Black Sabbath algún día, añadiendo lo de que vive en un remolque, claro. Edward Munson, o Eddie, para los amigos, se había enganchado de Will desde que vio su ridículo corte de hongo, las recatadas camisas de manga larga a cuadros que solía llevar, y la tonta pero fascinante manía que tenía de mirar el mundo como si algo lo estuviera acechando, o se lo fuese a comer. Era tan bobo, modesto, y estúpidamente bueno, que Eddie no cerró la boca en todo el día cuando le vio por primera vez.

Diablos, ese perdedor era para él.

Pero, irremediablemente, se dio cuenta de que el verdadero perdedor seguía siendo él ante Will Byers, cuando lo conoció con detalle. El chiquillo no solo jugaba muy bien al D&D, sino que pintaba, era un cerebrito, y además el mocoso con los mejores valores que se podrían tener, cualquier adulto hubiese deseado tener el corazón que William tenía. Y Eddie se supo enamorado cuando el mismo enano al que había estado persiguiendo toda la semana le preguntó que si el condón usado que se encontraron junto a los chicos en medio del bosque era un globo de cumpleaños transparente, Munson solo se rió bobamente, y Mike tuvo que explicarle a Will que soltara esa mierda por que si no le daría viruela en los dedos de los pies.

Después de eso, Eddie estuvo pensando mucho en respecto a lo que haría para que ese niño correspondiera sus sentimientos, y consideró, más bien, ejecutó la idea de colarse en su ventana vestido de Papá Noel. Guiándose con el concejo de su tío, que le había dicho que revivir el espíritu navideño era algo precioso cuando le preguntó lo que le gustaba a los niños.

Pero Jonathan lo pilló y se puso a llorar mientras pedía perdón por dejar de creer en la navidad.

La segunda vez que intentó, decidió hablarlo con alguien que había pasado por la experiencia, y entonces recurrió a Steve, un adolescente desorientado que había ligado con chicas de todas formas y colores. Y seguramente, se había visto con una de quince, así que le preguntó, olvidando que debía mantener en secreto que a quien quería ligarse era a William Byers.

Steve casi le rompe la nariz, y Eddie se vio en la obligación, recalco obligación, de explicarle su punto. Al final consiguiendo dejar en claro que sabía que Byers era un niño, y no había nada sexual en sus objetivos como pareja.

Pero Steve sí le había pegado cuando dijo que a los seis meses de relación ya iba a empezar a tocarle un poquito el culo.

Y entre gritos por parte de Harrington, consiguió algunos tips un poco menos aterradores para conquistar, Eddie se sintió un gran imbécil por tener que hacer lo que el "atleta idiota" le estaba indicando, por que realmente no creía que Will fuera como una de esas rubias tontas, o que simplemente él dijera ese tipo de cosas a un ser viviente. Pero así, llegó al campus y se trajo a Will a la parte más alejada para sonreírle con coquetería, y seguidamente usar la táctica de "la boca galante" que le había enseñado hacer Steve.

Eddie abultaba los labios exageradamente mientras entrecerraba sus ojos, rondando en círculos alrededor del divertido y extrañado Will, haciendo que el menor terminara de cagarse de la risa cuando le soltó un, forzosamente coqueto y fingido

"¿Tienes hambre, Byers? por que, puedo ser tu milanesa".

El apodado metalero había tenido que disculparse tontamente para preguntar que si, simplemente quería pasar el rato con el comiendo donas y jugando D&D hasta tarde.

A Will, se le iluminaron los ojos y dijo que si sin pensar en que Jonathan se lo comería vivo y comenzaría a perseguir a Eddie para dejarle claro que "con los Byers, cuidadito". Desde ese día acordaron verse un poco más temprano, y acortar las partidas, solo un poco, por el bien de su amistad. Y solo Eddie lloriqueó toda la primera semana por que en ocasiones no terminaban de jugar, pero, al final se despedía de Byers amable y dulcemente con un abrazo y un beso en la mejilla.

Y usando eso como entrada, el primer beso que se dieron fue, obvia y notoriamente por accidente.

O eso creo.

En una de las partidas en HellFire Club, los chicos habían estado jugando con Will y Eddie haciéndolos ver como la pareja fantástica que debía derrotar al monstruo para poder volver a estar juntos. Y los muchachos se lo habían tomado en serio cuando cantaron su victoria, levantándose de sus asientos para abrazarse bruscamente y darse el beso más estúpidamente torpe y tosco de la historia. Todos los chicos habían estallado en risas cuando ambos imbéciles (lo siento) se habían mirado perplejos, aclarándose la garganta para ambos decir como, otro accidente añadido, que lo sentían mucho a la vez.

Los muchachos se habían vuelto a reír de ellos, un buen rato.

Al cabo de meses, los fines de semana de Byers se habían convertido en citas tontas y juegos absurdos en compañía de Eddie. Y, sin querer sonar romántico, se había declarado a sí mismo como "primer admirador confidencial, oculto, y desapercibido de Eddie Mi Amor Munson". Para Will, es que era inevitable, contando con que si ese joven, desaliñado y alegre, no se hubiese fijado en el desde el principio, quizás William no fuera la persona que hoy es.

Pasaron solo siete meses para que Will tocara la puerta de Eddie a las dos de la madrugada y le dijese que lo quería mucho. Eddie simplemente asumió que se estaba declarando, y terminó tropezándose con sus propios pies cuando quiso lanzarse a los labios de Will.

Y aún, entre los dos, se preguntan qué tenían de malo los temas absurdos y triviales con los que solían pasar el rato cuando les llegó el consejo que Steve les había dado con el índice alzado. Un "ustedes pasan demasiado tiempo siendo amigos, por qué no intentan ser realmente novios?" les había dicho con preocupación, como si ellos realmente estuvieran descuidando su relación.

Admitiendo que fue gracioso cuando se dio cuenta, Steve se dijo equivocado cuando les vio conversar una vez, con solo palabras triviales.

La química en sus acciones, sus miradas, embobadas, los roces tontos que se daban entre comentarios sin sentido que los ponía a reír a ambos como si fuese el último chiste que escucharían. Ellos, realmente siempre estaban siendo novios, desde que se conocieron.

Y era extraña, la relación, noviazgo, eso que se traían ¡Era raro! Cuando Will era ese muchacho que dibujaba el rostro de quien quería y susurraba su nombre entre sueños confortantes y sonrojos dulces, y Eddie un atento desarreglado que solía pensar de más en sus prioridades, y terminaba regalando la luna a la mitad por que se le había resbalado en el camino. No tenían que ver, pero eran felices, tontos e hilarantes.

A Eddie le fascinaba el corte de Will, y eso era lo importante, verdad?

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2022 ⏰

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 ¿qué tiene que ver? ;; eddie + willDonde viven las historias. Descúbrelo ahora