VII

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❝TENSIÓN ❞

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TENSIÓN

                        ASTARTE BAJÓ riendo al oír los malos chistes de Edward

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                        ASTARTE BAJÓ riendo al oír los malos chistes de Edward. El vampiro no era muy bromista, pero pasando tanto tiempo con Emmett sabía cómo hacer reír a una dama cómo lo era su compañera.

El vampiro no tenía palabras para describir las miles de sensaciones que le provocaban su sonrisa. Que, con solo unos segundos que sus ojos se conectaban, él sentía sus pies despegarse de la tierra sin impulsarse. Era alucinante.

Los blanqueamos dientes de Astarte brillaban debajo de su sonrisa con un rosa tonificado por su labial brillante, combinando aquello con sus mejillas levemente sonrojadas. Era preciosa.

—deberías, Astarte —repitió sonriendo mientras le tendía las gomitas, ella las tomó negando divertida —luego Esme corrió a Emmett por toda la casa, después de todo, por su culpa Carlisle llegó tarde al trabajo. Desde ese momento, Emmett dejó de jugar al doctor con las cosas de Carlisle.

—En verdad pareces ser el más maduro de tus hermanos —elogió viendo a los alumnos bajar del autobús. Eso emocionó al cobrizo que sonrió con grandeza.

—mi edad va más allá de mis años —Susurró cerca y ella se giró, quedando un poco cerca, sonriendose mutuamente. Astarte se alejó sin borrar su expresión de diversión.

La pelirroja miró a sus adolescentes, a su vez, el profesor Molina se acercaba con los del otro autobús. Edward hizo una reverencia pequeña a su compañera, con pesar ya que no se quería ir, y fue con sus dos hermanos que se burlaban mentalmente de él.

—¡Atentos, alumnos! —Pidió gritando, más estos no le hacían caso.

Astarte suspiró y llevo una mano a la altura de su boca, colocó su dedo pulgar e índice a cada lado de su labio inferior y aspiró con fuerza logrando llamar la atención de cada persona del establecimiento, la vieron sorprendidos y ella sonrió acomodando un mechon de su cabello. Astarte acababa de silbar, más precisamente, de chiflar.

—El profesor de biología quiere hablar —Vociferó con rostro serio, pero la curva en sus labios delataba su intento de reprimir una sonrisa.

El vampiro Cullen miró a sus dos hermanos sorprendido, Alice se tapaba para no mostrar su risilla y Jasper alzó las cejas con diversión. En ese pueblo anticuado, ese gesto era poco femenino, mas Astarte lo había hecho bien y se acomodo el cabello con clase. De alguna manera, la hizo ver cómo una gran mujer ante los alumnos.

𝐓𝐄𝐀𝐂𝐇𝐄𝐑'𝐒 𝐏𝐄𝐓; Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora